jueves, 24 de diciembre de 2009

BESTIALIZADOS?

¿BESTIALIZADOS?




La guerra había comenzado, no quedaban rastros de vida sobre los carbones humeantes que reflejaban la victoria de los enemigos contra nuestro pueblo, la patria estaba toda conmovida, cientos de miles de simpatizantes aferraban la crin de la bestia sobre sus lomos, las mujeres muertas de pánico gemían por las violaciones incesantes que hacían a sus derechos y virtudes, el respeto era nulo y la intolerancia en todas sus manifestaciones se perpetuaba en las mentes de los genios humanos, los lideres estaban todos cegados y ninguno, ni uno de todos ellos se encontraba habilitado para hacer el bien, la meta era entonces combatir aquellos monstruos que habían invadido de repente nuestra tranquilidad y buenas costumbres, la meta era exterminar por completo la bestia que acarreaba contra nosotros de la manera más ruin y cruel, pero no habían alternativas, la dominancia que esta tenia sobre nuestro pueblo era tan grande que si un pequeño, sabio de corazón, de cuna humilde y ecuánime en su sentir altercaba contra la bestia inmediatamente los pueblos le maldecirían, y la arrogancia de la bestia en todos sus poderosos ocasionaría la muerte suspicaz de una golondrina que intento traer el agua a un mar de sequedad e insensatez.

La gran bestia pues vivía expectante de los tiempos y de los momentos, se aseguraba que los seres humanos no concibieran su existencia en ausencia de la que se proclamaba Dios, sentía la ignorancia de mi pueblo como su principal fortaleza, yo entonces tenia miedo, estaba solo, nadie me acompañaba, todos me burlaban y escarnecían, sagazmente tuve que maniobrar la situación, hice uso de mi prudencia, supe bajar la cabeza cuando fue necesario hacerlo, me sometí, me humille, no encontraba otra alternativa inteligente, pero mi pudor y mi rabia era impulsada por mis amigos, por mis queridos, por mi gente, toda ciega ella porque el aguijón de la enemiga los había entorpecido y anulado por completo su capacidad de razonar, ella pensaba que yo estaba embrutecido por su dominio pero no era así, me había liberado de sus hechizos desde el momento que descubrí la magnificencia de la virtud, era entonces la virtud el único ser capaz de enfrentar y detener definitivamente a la bestia.

Estaba la virtud en su llanto solaz, era completamente hermosa, sus movimientos todos iban concatenados con sus acciones, cuando se movía daba la impresión que toneladas de aguas dirigían el ritmo de la vida, pero ella estaba triste, ella estaba despreciada y desechada porque sus amantes la habían dejado sola, la habían ignorado y ultrajado al punto de morir, con su llanto pausado y su rostro como el color de la sangre helada de tanto llorar, me dijo “ aunque exista un solo viviente que proclame mi necesidad, allí estaré con él y solo no le dejare”; yo atónito por aquellas palabras, le pregunte –“¿y como es que estas así? - ¿es acaso la bestia más fuerte y poderosa que tu?” -ella lo propicio todo, ¿verdad?-. Entonces con una sonrisa inusual me transporto en el tiempo, a una batalla sin precedentes, se encontraban en la intemperie de los cielos y de la tierra y del gran abismo dos mujeres sumamente hermosas, cada una de ellas dominaba escuadrones de súbditos, todas con sus legiones bien organizadas pero con propósitos muy dispares. Por los rayos del sol que encandilaba mis ojos solo percibía dos cuerpos esbeltos muy bien torneados y voluptuosos, eran mujeres de verdad, bastante representativas y simbólicas, veía dos multitudes muy fuertes, mientras los unos gritaban a una sola estruendosa voz VIRTA los otros con halito salvaje vociferaban DINORA; de repente fui ascendido a un tribunal, compuesto por tres ancianos llenos de sabiduría, yo estaba a espaldas de ellos, nadie notaba mi presencia allí, yo solamente veía las cosas. Pude notar con claridad que eran más los que estaban de lado de la gran Dinora que los que se encontraban con la gran Virta, también me fue permitido diferenciar a las dos mujeres, ambas eran muy elegantes, y muy femeninas, ambas eran hermosas, pero Dinora tenia unos ojos cristalizados color violeta, altamente refulgentes mientras que los ojos oscuros de Virta eran demasiado humanos para ese contexto dimensional. Todos parecían seres celestiales con armaduras y trajes de guerra que para describirlos en su tenacidad se haría necesario conjugar los mil idiomas angelicales de las siete naciones perdidas gobernadas por el Dios de la guerra.

Ahora bien, esa batalla aterro mi ser, ambas mujeres parecían destrozarse; en mi existencia jamás vi una manera tan particular y salvaje de combatir, además porque no morían, ¡fue terrible! de repente muchos de los súbditos de Virta se cambiaron de bando y empezaron a hacer fuerza por Dinora, Virta dándolo todo, al darse cuenta de eso se decepcionó y callo a los abismos, a la profundidad de la oscuridad y el olvido. Luego los tres tribunales se miraron fijamente con una mirada penetrante y entregaron a la gran Dinora las riquezas de la Naciones, le dieron potestad sobre los hombres, sobre las vidas humanas y sobre el rumbo de los pueblos entonces todos los discípulos de Dinora en su nombre hicieron un símbolo, trasformaron el gran árbol del bosque en una hoja de papel inmensa y sobre el pintaron el rostro de la hermosa Dinora juramentando que el poder de la vida estaría regido por ese papel hoy muy conocido como dinero.

Las consecuencias del gobierno de Dinora me hervían las sangre, pero el mayor dolor sentido fue palpar tanta estupidez y arrogancia humana, sentía la ignominia de mi pueblo en mi rostro, definitivamente pude comprender que todos los actos del hombre dependen de la carnalización de sus deseos y por tanto la existencia se hace torpe ante un transitar tan vago y desprovisto de buena voluntad. Entendí que un gobernante es la marioneta de gobiernos invisibles, no vistos por ojo humano pero si muy palpables y trascendentales, en ocasiones letales cuando se quiere hacer algo pero no se consigue por el juego sabio que a grandes carcajadas hace la bestia con nuestra voluntad.

Finalmente cuando le estaba preguntando sobre como terminaría la guerra ella muy sutilmente me interrumpió y dijo “no es que ella sea más fuerte que yo pero si mas amada por todos vosotros y ante eso…”

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