jueves, 24 de diciembre de 2009

MI PAÍS!

MI PAÍS


(Memorias de un preadolescente ya fallecido)



Me entregan un país al que yo debo gobernar, un país de luchas de clases, de conmoción, de injusticias y verdades ocultas en el temor, una clase política arraigada a su subsistencia y a su yo personal, unos habitantes eslabonados y desigualdades tan miserables que de solo pensarlo me duele el corazón.

Como ciudadano estoy cansado de vivir en una casa modesta, cansado de no tener trabajo, me da lástima el hecho de frustrarme en medio de tantos sueños y anhelos, de ver a mis amigos caer, a mi gente llorar, a no tener libertad dignificada, me cansa el estar amenazado por fuerzas opresoras y deprime mi alma el no poder hace algo por mi país.

Quiero estudiar y no puedo, quiero ser grande, triunfar y donde estoy todo es más complicado; recorro la vida y el mundo y no sé si envidiar o guardar rencor por aquellos que tienen y no se cansan de tener, despojando a seres humanos que de rato han perdido su valor como personas.

Me parece el colmo que el valor de una persona este en unos papeles que se queman con el fuego; las necesidades que se ha inventado el hombre se han vuelto tan imperiosas que encajonadas dentro de un sistema tan personal, damos y hacemos con tal de no estar por debajo de los demás; vemos las inclemencias de la vida ocasionadas por el hombre, vemos buenos corazones y alegres sonrisas que se contentan con el pan y abrigo de cada día, sin aspirar a más, porque la envidia, el egoísmo y sectarismo mata de raíz todo ilusión y frustra al hombre haciéndolo vivir para sí mismo y no para su país.

Matamos por comida, aullamos de sed y gemimos de dolor y desesperanza porque nos duele el hecho de ser tan dañinos y tan señalados; pienso en la cantidad de talentos que mueren cada día en el mundo, pienso en la negación que muchas personas le hacen a una vida, pienso en la soledad y el dolor continuo que sentimos por no tener dinero, ¡cosa tan absurda, que valga más que un ser que piensa y razona!

Muchas veces preferí no haber nacido, para no tener que vivir tantas penurias, pero aquí estoy, tratando de buscar caminos que permitan que lo que se ha hablado por generaciones sea una realidad hoy en el siglo XXI, y lo digo con risa, risa del corazón.

Ahora bien, habito un país maravilloso, un país que a pesar de lo que tiene, clama a gritos el nacimiento de nuevos líderes, renovados en su pensamiento y actitud frente a la vida política y administrativa.

Éste país, del cual me siento orgulloso, se caracteriza por ser polifacético, sus climas y variedades, así como su gastronomía lo convierten en un país único que brilla con luz propia en los intelectos de sus habitantes.

Muchos departamentos conforman este país, todos ellos con dialectos y formas de pensar diferentes, todos ellos pujantes y de vigor envidiado. Yo pertenezco a uno de esos tantos, Departamento abrazador de lo bueno, con gente cálida y dulce que guarda gran afecto y compasión por los demás, tierra de cultura, de sonrisas, de ánimo y de tamboras, tierra alegre por la simpatía de sus habitantes.

Este Departamento, tiene como capital, una ciudad calurosa, con características muy particulares y necesarias, poblada por gente tranquila y débil de toda máscara de maldad, pero asumida dentro de esa conmoción de dolor desesperante que se soporta en la paciencia de sus gentes.

Sé que lo que he mencionado, no alcanza a describir la mitad de lo que es en verdad mi país, ya que tanta belleza enclaustrada en la agonía de su pueblo, hacen que nos falten las palabras para describir lo que en verdad somos: ¡COLOMBIA CON EL ALMA!

BESTIALIZADOS?

¿BESTIALIZADOS?




La guerra había comenzado, no quedaban rastros de vida sobre los carbones humeantes que reflejaban la victoria de los enemigos contra nuestro pueblo, la patria estaba toda conmovida, cientos de miles de simpatizantes aferraban la crin de la bestia sobre sus lomos, las mujeres muertas de pánico gemían por las violaciones incesantes que hacían a sus derechos y virtudes, el respeto era nulo y la intolerancia en todas sus manifestaciones se perpetuaba en las mentes de los genios humanos, los lideres estaban todos cegados y ninguno, ni uno de todos ellos se encontraba habilitado para hacer el bien, la meta era entonces combatir aquellos monstruos que habían invadido de repente nuestra tranquilidad y buenas costumbres, la meta era exterminar por completo la bestia que acarreaba contra nosotros de la manera más ruin y cruel, pero no habían alternativas, la dominancia que esta tenia sobre nuestro pueblo era tan grande que si un pequeño, sabio de corazón, de cuna humilde y ecuánime en su sentir altercaba contra la bestia inmediatamente los pueblos le maldecirían, y la arrogancia de la bestia en todos sus poderosos ocasionaría la muerte suspicaz de una golondrina que intento traer el agua a un mar de sequedad e insensatez.

La gran bestia pues vivía expectante de los tiempos y de los momentos, se aseguraba que los seres humanos no concibieran su existencia en ausencia de la que se proclamaba Dios, sentía la ignorancia de mi pueblo como su principal fortaleza, yo entonces tenia miedo, estaba solo, nadie me acompañaba, todos me burlaban y escarnecían, sagazmente tuve que maniobrar la situación, hice uso de mi prudencia, supe bajar la cabeza cuando fue necesario hacerlo, me sometí, me humille, no encontraba otra alternativa inteligente, pero mi pudor y mi rabia era impulsada por mis amigos, por mis queridos, por mi gente, toda ciega ella porque el aguijón de la enemiga los había entorpecido y anulado por completo su capacidad de razonar, ella pensaba que yo estaba embrutecido por su dominio pero no era así, me había liberado de sus hechizos desde el momento que descubrí la magnificencia de la virtud, era entonces la virtud el único ser capaz de enfrentar y detener definitivamente a la bestia.

Estaba la virtud en su llanto solaz, era completamente hermosa, sus movimientos todos iban concatenados con sus acciones, cuando se movía daba la impresión que toneladas de aguas dirigían el ritmo de la vida, pero ella estaba triste, ella estaba despreciada y desechada porque sus amantes la habían dejado sola, la habían ignorado y ultrajado al punto de morir, con su llanto pausado y su rostro como el color de la sangre helada de tanto llorar, me dijo “ aunque exista un solo viviente que proclame mi necesidad, allí estaré con él y solo no le dejare”; yo atónito por aquellas palabras, le pregunte –“¿y como es que estas así? - ¿es acaso la bestia más fuerte y poderosa que tu?” -ella lo propicio todo, ¿verdad?-. Entonces con una sonrisa inusual me transporto en el tiempo, a una batalla sin precedentes, se encontraban en la intemperie de los cielos y de la tierra y del gran abismo dos mujeres sumamente hermosas, cada una de ellas dominaba escuadrones de súbditos, todas con sus legiones bien organizadas pero con propósitos muy dispares. Por los rayos del sol que encandilaba mis ojos solo percibía dos cuerpos esbeltos muy bien torneados y voluptuosos, eran mujeres de verdad, bastante representativas y simbólicas, veía dos multitudes muy fuertes, mientras los unos gritaban a una sola estruendosa voz VIRTA los otros con halito salvaje vociferaban DINORA; de repente fui ascendido a un tribunal, compuesto por tres ancianos llenos de sabiduría, yo estaba a espaldas de ellos, nadie notaba mi presencia allí, yo solamente veía las cosas. Pude notar con claridad que eran más los que estaban de lado de la gran Dinora que los que se encontraban con la gran Virta, también me fue permitido diferenciar a las dos mujeres, ambas eran muy elegantes, y muy femeninas, ambas eran hermosas, pero Dinora tenia unos ojos cristalizados color violeta, altamente refulgentes mientras que los ojos oscuros de Virta eran demasiado humanos para ese contexto dimensional. Todos parecían seres celestiales con armaduras y trajes de guerra que para describirlos en su tenacidad se haría necesario conjugar los mil idiomas angelicales de las siete naciones perdidas gobernadas por el Dios de la guerra.

Ahora bien, esa batalla aterro mi ser, ambas mujeres parecían destrozarse; en mi existencia jamás vi una manera tan particular y salvaje de combatir, además porque no morían, ¡fue terrible! de repente muchos de los súbditos de Virta se cambiaron de bando y empezaron a hacer fuerza por Dinora, Virta dándolo todo, al darse cuenta de eso se decepcionó y callo a los abismos, a la profundidad de la oscuridad y el olvido. Luego los tres tribunales se miraron fijamente con una mirada penetrante y entregaron a la gran Dinora las riquezas de la Naciones, le dieron potestad sobre los hombres, sobre las vidas humanas y sobre el rumbo de los pueblos entonces todos los discípulos de Dinora en su nombre hicieron un símbolo, trasformaron el gran árbol del bosque en una hoja de papel inmensa y sobre el pintaron el rostro de la hermosa Dinora juramentando que el poder de la vida estaría regido por ese papel hoy muy conocido como dinero.

Las consecuencias del gobierno de Dinora me hervían las sangre, pero el mayor dolor sentido fue palpar tanta estupidez y arrogancia humana, sentía la ignominia de mi pueblo en mi rostro, definitivamente pude comprender que todos los actos del hombre dependen de la carnalización de sus deseos y por tanto la existencia se hace torpe ante un transitar tan vago y desprovisto de buena voluntad. Entendí que un gobernante es la marioneta de gobiernos invisibles, no vistos por ojo humano pero si muy palpables y trascendentales, en ocasiones letales cuando se quiere hacer algo pero no se consigue por el juego sabio que a grandes carcajadas hace la bestia con nuestra voluntad.

Finalmente cuando le estaba preguntando sobre como terminaría la guerra ella muy sutilmente me interrumpió y dijo “no es que ella sea más fuerte que yo pero si mas amada por todos vosotros y ante eso…”

ADIÓS!

ADIÓS


Ante su presencia la vida parecía escaparse por entre mis costados, la noción del tiempo no existía ante tanto poder y magnificencia, me cobijaba un profundo temor y respeto que acariciaba con reverencia en esos pocos instantes que para mi fueron tan eternos como deseables, no sé si en realidad fue, solo sé que entre las multitudes de mis pensamientos y maquinaciones no hubo conclusión para cosa semejante, se evaporaron mis sentidos y la crueldad de mi corazón y existencia quedaron al descubierto, tan anonadadas como inquietas, sentía miedo, quería acabar aquel sentir y volver a mis cabales, no podía soportarlo, se detuvo el tiempo en tanto mi corazón aceleraba su ritmo como sofocado de la angustia y desesperación, era tal el miedo, era tal el temor, era tal la complacencia y la tranquilidad que no explicaba la bienaventuranza de lo vivido, y así ha sido, porque jamás he encontrado palabras que aproximen la significancia de lo que realmente fue. ¡Créanme, no miento!

Fue un día interesante de mucho transitar, era un tiempo que estaba marcando mi existencia y por tanto transcurría en un devenir constante entre la luz y las sombras, me aferraba a mi voluntad por aquellos días, pensaba en la liviandad de la vida y me estresaba el bagaje rutinario de las necesidades y dolencias humanas, no quería nada, no quería sentir, ni vivir, quería darme al todo por el nada y por qué no venderme al mejor postor, fue un hibrido de tristeza y soledad, fue una decadencia manifiesta en una presión continua de combate y cobardía, no me aguantaba a mi mismo y desdeñaba mi juventud en la incertidumbre de mi existencia y en la proximidad de mi destino.

El día no había terminado cuando sobre mi pesaban las cargas de mis errores; esa marca que como gusano nos corroe y nos aumenta sin consideración alguna, esa inquietud que refriega nuestra alma y nos hace indoctos y miserables en los confines de nuestro corazón, eso mismo a lo que muy comúnmente llamamos conciencia humana. Alterado mi ser de la extenuante jornada laboral vivida me acerque a un lugar insospechado, lejos del ideario de la filosofía de mi vida, lo analice, lo pensé, llegue a desearlo pero finalmente lo deseche y lo menosprecio mi corazón, pero sentía que mi voluntad era movida por fuerzas extrañas, opuestas entre si, fuerzas que batallaban en mi interior y me dolían sin explicación alguna. Fui alejándome poco a poco de aquel insospechado lugar, veía la vida tan supeditada a la confusión y al desvarió que nada quedo de mi, excepto la inflación de lo acostumbrado, sonrojado y menoscabado recurrí a tomar una escena de descanso, abatido por el hambre y la necesidad me di a mi mismo atendiéndome sin precaución, luego fui a mi habitación; recordaba minuciosamente que mañana sería un día regido por los retos y las dificultades; no podía despegarme de la fuerte gripa que tenía, la cual imposibilitaba mi dormir y por ende mi descansar, por tanto sobre mi cama, boca arriba me detuve a pensar y a imaginar, de repente mi cuerpo se hizo pesado y en mi no quedaba aliento de levantar siquiera una mano, no entendía la inmovilidad de mi cuerpo, no entendía la pesadez y el cansancio de una vida joven en todo el ímpetu de la virilidad y la insensatez.

Mis pensamientos se fueron aislando y contradiciendo entre si, ninguno de ellos eran suficientes para acordarme de lo que yo representaba o equivalía en esta vida, en tanto me rendía y sentía como que me iba o me llevaban por la docilidad y blandura de algo no conocido en este mundo. Fue un momento extraño, difícil de aceptar y registrar veridicamente; pero luego de esa batalla campal que consideré la muerte misma; volví a mi ser; la luz de mis ojos y la sapiencia de mi voluntad se hicieron de mi dominio nuevamente, me sentí autónomo y confiado, la enfermedad que me atropellaba desapareció, sentía que todos los lazos y ataduras que me apesadumbraban habían sido sueltas, las cadenas rotas y la felicidad y ganas de vivir se fortalecían con melodías atónicas dentro de mi, por un momento, solo por un instante me sentí grande y afortunado, me sentí dado es decir pleno y creo que inversamente a lo anterior en esos momentos supe lo que realmente era la felicidad. Sentado sobre mi cama y vacilando en aquellas dos vivencias tan extremas y particulares y siendo ya horas avanzadas de la noche, me acosté sobre mi lecho sin ningún pensamiento y sin sentir nada, en mi opinión estaría normal o muy seguramente bien, pero no pasaba de allí, no eran otras cosas que el máxime que referían esas dos palabras.

Solo fue cuestión de cerrar mis ojos cuando a la postre de mi cama contemplé el aspecto de un varón, vestido en una túnica blanca, su aspecto tan sublime y humilde a la vez me inundaron de un pavor repentino que quería que terminara de inmediato y de hecho así fue, termino porque me fui, me fui a un lugar insospechado, a un lugar añorado, a un lugar desde el cual me ha sido concebido el poder de explicar mi último adiós…

JACS







































JHORMAN ANDRES CALDEÓN SILVA

EL REGRESO DE NICOMACO!

EL REGRESO DE NICOMACO






Pasadas mil generaciones de rutina social, un hombre nacido de mujer ramera y de padre hebreo , poseedor de un gran talante intelectual, experto en leyes y sabio de lengua, que desde pequeño veía en su entorno la ignorancia y estupidez de los reinos, salio de su ciudad natal al reino más grande del mundo, al poderío de los dioses, hacia aquella babilonia fuerte sentada sobre naciones pueblos y lenguas; su hermosa apariencia y las ansias de poder que lo acompañaban junto con la frustración de haber degollado en un momento de ira a su madre lo hacían sentir victorioso de cara a la realidad.



Este hombre poseía características muy extrañas como el pasar horas y horas solo, con su mirada puesta en el firmamento como a la espera de algún suceso incomprensible o difícil de entender; no gustaba de mujeres ni de embriagueces, pareciera que su deleite era la soledad y la quietud pero en su interior escondía una gran amargura y un dolor que según decir de muchos nació con él, aunque nunca se conoció. Quienes lo conocieron aseguraban que por momentos era invadido por un humo negro que entraba por sus orificios y lo convertían en el ser más animal y déspota nunca antes visto ni nacido, sus ojos parecían linternas ahumadas que por la espesura de su nitidez daban la impresión de un animal poseído por el diablo; cada vez que esto sucedía acontecían los crímenes más aborrecibles de toda la sociedad, desde su pobreza e incertidumbre de vida odiaba las clases sociales y siempre arremetía con personas de la alta sociedad porque eran ellos quienes lo descontrolaban y le propiciaban su completo demonio, a lo anterior desde muy niño se fijo acabar con todo lo que detestaba y aborrecía, por ello en su juventud eliminó a hachazos a cada uno de los clientes de su madre, cortándoles el miembro y coleccionándolos para si protegidos en alcohol y guardados en una fosa subterránea que desde niño había construido y donde también conservaba una tablita de piedra llena de marcas profundas hechas con una estaca muy aguda y fina, cada uno de los cuales representaba las veces que vio y oyó de su madre alaridos graves y delicados como a los tantos fornicarios que salían por la puerta trasera de su morada. Una vez hubo acabado hasta con su madre misma, su segundo odio más grande consistía en el holocausto más sangriento y satánico de la nación que más temía, Babilonia. No había día que dejara de cavilar en sus más oscuros pensamientos, consideraba que tenía un poder único que le fortalecía y respaldaba su propósito de acabar con ese reino hostigante y alborotador; conociendo que debía prepararse, primeramente decidió ilustrarse devorando todo tipo de libros y academizándose en la escuela de Alejandría de los griegos junto con Turcos y Árabes. Su amigo y rival contemporáneo Platón de quien se enamoró y a quien apoderó de todo su discurso intelectual para que fuera recordado por generaciones dado el gran Amor que le despertaba, además porque no era interés de Nicomaco tener fama ni nombre puesto que sus pretensiones más próximas seguramente lo cohibirían de realizarse como lo que sentía estaba llamado a cumplir; Platón significó tanto para él, que el día que lo abandonó y busco de mujer olvidando todos los ratos de mutuo calentamiento, se convirtió en su más irritable y odiado rival y por ello decidió tomar venganza de su esforzado amor, el único testigo de esa bochornosa situación era el joven Aristóteles que de tantos abusos sexuales cometidos por su héroe intelectual, de victima paso a gustarle la cosa y al parecer se pegó tanto a su ídolo que le llegó a descubrir sus más íntimos secretos entre los que se encontraba un personaje a quien admiraba tanto que su utopía de vida más significativa llegó a ser heredar su pensamiento y manera de ser, todo parece indicar que parte de ello lo logró aunque se aclara que nunca conoció el lado oscuro de su ilusión.



Una ves se hubo sentido dispuesto para lograr su cometido, salió en busca de la realización de las intenciones más negras y miserables entre las que se encontraban seducir a la hija virginal más bella de palacio, la hija adorada del gran rey Darío el persa que por aquella época no veía por sus ojos sino por los de su pequeña que estaba próxima a cumplir sus 15 años, la hermosísima Jezabeel. Llegado el día del gran agasajo toda la crema innata invitada de los reinos estaban expectantes de contemplar el angelical y bello rostro de la niña Jezabeel, dispuestos todos a criticar la corte del Rey y menospreciar elitisticamente toda la celebración; Nicomaco no tenía cabida en ese esplendoroso e inolvidable banquete, él sabía que el príncipe más honorable de Sába tendría posesión especial en el banquete y como de tiempo atrás Nicomaco era contratado por la realeza de Sába para preparar intelectualmente al joven príncipe y futuro Rey del reino quiso recordar los menosprecios recibidos allí, así que desde temprano en la mañana entro intrusamente, vestido de atalaya para cuidar la cámara del rey, con su mente criminal analizó cada detalle de la comarca del rey, irrumpió en su seguridad y mientras la reina Jenoheva salía a atender sus asuntos de belleza y dando orden explicita de que no interrumpieran el dormitar de su adorado esposo, muy confiada salió. Nicomaco al entrar al aposento del rey, conoció que el rey dormía desnudo sobre su valiosa cama; jamás en su vida había presenciado un hombre desnudo, pues la ausencia de su padre había marcado su existencia sin que él lo conociera; percatándose entonces de la ausencia del tiempo en la inspiración de los ronquidos del rey empezó a penetrar muy suavemente su espada por sobre el ombligo del rey hasta que su boca se hizo sangre y sus entrañas se deshacían al son de la lucha del filo con la última vertebra de la columna vertebral del rey lográndolo atravesar.



Todo parecía muy normal, en su afán Nicomaco salió a la cámara del príncipe, un joven apuesto y consentido, de hermoso semblante, Nicomaco lo persuadió con sus palabras y dándole a oler un polvo prohibido de la época recurrió a violarlo, hizo con el joven príncipe cuanto le pareció y cuanto deseo, hasta que finalmente embotado de tanta complacencia opto por cortarle vertiginosamente el miembro genital y comérselo con absoluta frialdad y complacencia, por último introdujo su espada entera sobre el ano del príncipe llegando a destrozarle todo su organismo y sacando su espada por sobre el cráneo del príncipe; sentía complacencia y excitación, “cosa muy particular para ser una primera vez”. Al salir de la cámara del recuerdo aseguró muy bien que en la entrada no tuviera tropiezo de ser visto dejando una nota donde explicaba que el príncipe no iría al gran banquete y que por tanto no lo interrumpieran hasta el día de mañana en las horas de la tarde, algo igual a la nota que había dejado en la cámara del rey. Su próxima victima sería la reina pero estaba rodeada de peluqueros así que discretamente mando decir que la reina era urgentemente requerida por el rey en la sal real, la asiló dejándola completamente sola y sin el menor recado la degolló acordándose minuciosamente de los lamentos del degüello de su madre, como en la sala real había una puerta subterránea donde eran echados los muertos que no alcanzaron la complacencia del rey, allá la arrojo.



Todo el reino de Sába estaba consternado pero nadie por miedo y temor se detuvo a investigar, llegadas las horas de la noche, Nicomaco vestido de ropas reales se hizo pasar por el primo del príncipe, se presentó muy complaciente con la joven princesa y como eran épocas de amores, la invitó a danzar y mientras eso sucedía la calentaba rítmicamente hasta calentarle y humedecerla al punto de proponerle un encuentro secreto; ella atraída por el fuerte, dorado y musculoso cuerpo de Nicomaco, lo llevó a su habitación donde Nicomaco se transformó brutalmente, pues el humo negro que lo causaba entraba por sus orificios como nunca antes había acontecido, bruscamente la tomó por sus brazos desgajando el vestido de la princesa y muy severamente la penetró con su largo y grueso pene, la niña a quien los senos apenas empezaban a brotar lloraba y decididamente quería ser suelta de aquel desastre, pero ya era tarde, Nicomaco no se detendría, al verlo ella a los ojos vio el reflejo de un animal diabólico, mientras él se deleitaba en ella, una vez copulado de la manera más sangrienta y animal habiendo desmayado a la niña por tanta sofocación procedió a córtale el clítoris y a desintegrarla en todas sus partes; luego, la metió en una bolsa oscura, y se aseguró de cuadrar la escena perfecta; para que fuera ella la piñata de las presentaciones y obsequios que colgarían en unos instantes en el terrado de la casa. Una vez hubo cuadrado cada detalle de la “inesperada sorpresita”, preguntó al rey por su adorada hija diciendo que ella lo había dejado a él solo por encontrar a su padre, el rey Darío se angustió y fue acompañado por él al patio de la casa donde Nicomaco lo decapito fríamente, acomodando el cuerpo del rey por entre unos arbustos, entró de nuevo al evento donde todos fenecían a causa de la bebida más mortal que hizo parte del agasajo, pues con sonrisa macabra conocía que en una hora todos no serían más que tripas desintegradas, y tanta vanidad ¿para qué? ¡Se preguntaba! De inmediato con esplendida felicidad ante los ojos de la reina Belisaida quien también había bebido, desjarreto la cajita de sorpresas que colgaba en el terrado, todos ante tanto desastre se llenaron de pánico y horror, las mujeres mas estiradas se desmayaron y todo el reino empezó a sentir en su interior la volición de sus intestinos, todos empezaron a ser cadáveres, en un momento de bondad para evitarles el sufrimiento como poseído por una fuerza brutal estremeció las columnas de palacio hasta que se hicieron polvo en sus manos, claro teniendo cuidado de su integridad. Fatigado por su jornada laborada y sin que nadie supiera de su verdadera identidad, escondió los tesoros del reino y se marchó, se marchó a su ciudad natal; esta vez a cobrárselas a todos los sistemas que lo habían oprimido y apesadumbrado y a cobrar venganza del miserable que lo poseyó carnalmente cuando el no tenía la concurrencia de su desempeño mental…



Al regresar y al darse cuenta que su amor era padre, ese humo negro que tanto lo asedió, lo paso a sus mil formas y de sus mil formas lo retrajo pero finalmente lo dejó en el vacío de lo inhabitado y no conocido aún. Hoy por hoy se dice que cada mil generaciones nace un ser especial que para bien o mal de la humanidad generará cambios difíciles de explicar, cada mil generaciones nacerá un Nicomaco con visiones y distinciones diferentes a las del hombre común… (Tal vez por eso el mejor alumno de platón empezó su descendencia con el nombre de su inolvidable recuerdo, Nicomaco).

GUERRA DE VALORES!

GUERRA DE VALORES




PERSONAJES:

Bondad: es una gelatina verde, de ojos tranparentes, sin nariz y con unos labios muy gruesos y más verdes que el resto de su cuerpo gelatinoso.

Paciencia: es una masa transparente, con un ojo en su ombligo, de cabellos grises y sus labios están pintados de un color rojo intenso.

Felicidad: es una vara plana y ancha color madera mojada, en su inicio es completamente pegada pero de la mitad para arriba de su cuerpo, se desunen dos extremidades con la misma contextura de su talle inicial, en cada una tiene un ojo, ambos ojos son muy diferentes, el uno es de muchos colores en su iris, el otro es completamente café claro. ¡La felicidad parece una decoración muy lujosa!

Extraño: muchos ruidos, murmullos y sonidos fastidiosos.

Templanza: es un ovalo con una sonrisa agradable pero con unos ojos muy serios, su cabellos es corto color rosado. Tiene piel humana.

Fe: es una masa color carmesí, de ojos redondos muy simpáticos, su cabello es castaño, tiene brazos más gruesos que la contextura de su cuerpo, su boca es pequeña y sus uñas son largas, de muchas figuras y muy hermosas.

Tolerancia: es una cabeza grande, sobre un cuerpo delgado, sus orejas son más grandes que su cabeza y su cuerpo; sus ojos son muy rasgados, casi cerrados, no tiene boca ni nariz. Su cabello de color oscuro es escaso en su cabeza.

Esperanza: sus ojos son dos huecos vacios, su cabellera es abundante, con bucles dorados en sus terminaciones, tiene pestañas muy bien arqueadas y algo gruesas, su nariz es perfecta, su cuerpo un rombo de pies cortos, casi que pegados a la estructura de su cuerpo, sus manos son delgadas y muy largas, sus manos pueden enredar su cuerpo.

Responsabilidad: es la más femenina de todas, es la más bonita de todas, tiene un cuerpo delgado, un trasero grande, ojos rasgados y una boca muy sensual, su cabello es lacio color agua marina, sus ojos grises; las palmas de sus manos son gruesas, como forradas de una capa de carne y cayos humanos.

Paz: es una masa transparente como el color del cristal, su forma es redonda y ella flota por el aire, no tiene cabello, en su cerebro se ve una paloma blanca, que saca su pico dándole la forma de nariz a la paz y la punta de sus alas se asoman en los extremos de su cabeza, dándole la forma de orejas. Cuando ella está en el aire, la paloma que se ve en su cerebro, da la impresión de que estuviera volando. Sus ojos son los dos ojos azules de la paloma que se encuentran debajo de su masa transparente, sus ojos alumbran como linternas.

Respeto: viste como un caballero, su traje es muy elegante, lleva sobre su cabeza un sombrero muy finísimo, consigo tiene un bastón, corporalmente es muy masculino y atractivo, siempre oculta su rostro con la sombra de su sombrero. En un momento deja ver su rostro de mujer hermosa, demasiado hermosa.

Alegría: es un pompón, sus mechas son de muchos colores y en todo momento se están moviendo, de a cuerdo a sus impresiones las mueve hacia arriba, las baja, esas mechas reflejas los estados de la alegría; sus paticas son delgadas y cazcorvas, sus brazos son flaquitos y sus manos diminutas y tiernas.

Mansedumbre: es una sábana muy blanca que se acopla a todas las figuras que aparecen en su encuentro, cuando quiere ver, la sabana toma la forma de un ojo, cuando quiere hablar toma la forma de una boca, cuando quiere oler, toma la forma de una nariz y así con el resto de sus sentidos.

Cordura: es una dama de edad avanzada, sus parpados son caídos, sus ojos son redondos y algo rasgaditos de color amarillos, su rostro es angelical, pero su frente da la impresión como si se tratara de otra cabeza, es muy frentona. Corporalmente, es una figura gruesa, todo lo tiene grueso, su conjunto parece un cuadrado.

Magnificencia: es un traje real, de muchos colores, es solamente un traje con sentidos invisibles; solo se ve un traje muy magno.

Razón: es una mujer muy gorda, de piel roja, de cabello rojo, con un traje rojo pegado a su cuerpo, los bordes de su traje son dorados como el oro. Sus ojos dan muchas vueltas, dando la impresión de permanecer en una constante confusión.

Caridad: es un esqueleto de cabello abundante y oscuro, llora mucho, y en sus manos lleva un pañuelo gris con el cual limpia sus flujos que se generan de tanto llorar.

Honestidad: es un Ada madrina, de trajes impecables, con colores blancos y rosados y mucha florescencia a su alrededor, su cabello está recogido con un peinado muy real, su cuerpo es como el de una señora preñada. Su cara es redonda y es de agradable aspecto. Se ve algo vulnerable, por aquello de su embarazo. Ella sabe que debe encontrar al AMOR para que adopte su hija, de lo contrario ésta será llamada “violencia”.

AMOR: es un ser redondo de ojos grandes y atractivos, posee consigo un rostro muy varonil, con bigote y una barba muy sexy y sensual, no tiene brazos, solo manos gigantes y de dedos gruesos, sus piernas son musculosas y algo alargadas. Su estructura es algo velluda, de vellos rojos y toda su piel es blanca. Su cabello es rojo pero el señor AMOR es dueño de una calvicie bastante considerable.



(La ambientación de este escenario este sujeto a la imaginación del lector)





ESCENA PRIMERA



Se sube el telón. Están los valores jugando al amor (un paisaje perfecto, no hay defectos ni errores). De repente todos sienten la presencia del extraño (mucho ruido, murmullos y sonidos fastidiosos), Todos callan. Hay completo silencio. Nadie dice nada.

Sale la PACIENCIA gritando y halándose los cabellos, desesperada por la larga espera que le han sentenciado para alcanzar el AMOR.

A su encuentro sale la ESPERANZA, con un gesto de desesperanza le insinúa a la PACIENCIA que se rinda. Luego viene la ALEGRÍA, y con voz seria les dice: “no las soporto, no quiero volverlas a ver; ustedes son incompetentes, sólo yo me casaré con el AMOR”. Había mucho aire de resignación y amargura en su conjunto.

Se levanta el GOZO y le dice a la ALEGRÍA: ramera, pensé que me eras fiel, hasta hoy conozco que eres una puta cabaretera. Te recuerdo que tu parienta más cercana es la VERGÜENZA.

Se levanta la VERGÜENZA y dice: “eso no es lo que dices cada vez que te empavonas en mis deleites y sientes que nada te supera en MAGNIFICENCIA”

Se levanta la MAGNIFICENCIA y le dice a la VERGÜENZA: “no seas igualada, asco das, mujer sin CORDURA”;

Se levanta la CORDURA y abofetea a la MAGNIFICENCIA, le dice: “antes de ti, estaba yo y he sido una de las amantes predilectas del AMOR”. –le responde la MAGNIFICENCIA con una risa llena de dolor y le dice: “no hay RAZÓN, motivo, ni INTELIGENCIA”; se levantan la RAZÓN y la INTELIGENCIA ardiendo en ira y les dicen a todos los presentes: ¡cállense idiotas! Todos dicen: “no es posible, nos han ofendido”

Se baja el telón. Pasa un minuto de completo silencio, luego aparecen muchas luces de diferentes colores que se proyectan desde el otro lado del telón. Se sube nuevamente el telón.



ESCENA SEGUNDA

La FELICIDAD está llorando, muy amargamente por aquella situación que sus amigos valores están respirando. La FE se encuentra comiéndose la uñas y llena de espanto. La TEMPLANZA se encuentra indecisa y golpeada por el miedo y la cobardía (vientos impetuosos en forma de remolinos débiles).

La RESPONSABILIDAD está tomando licor, está perdida, no sabe, ni distingue su alrededor, todos ellos le son indiferentes y desconoce a su prima compromisos. La BONDAD le da golpes a los muros y la PAZ esta desolada. No se siente, se quiere escabullir por entre las respiraciones de aquellos seres de chistosa apariencia. El estrés (balón con cara de payaso burlón) está jugando con la TOLERANCIA y el RESPETO se estaba burlando de la apariencia chistosa de todos los presentes. ¡Peligro! La MANSEDUMBRE está alterada y ha ocasionado que todos los valores se alteren.

Suenan las trompetas y todos los valores presentes, se ponen en formación, luego hay silencio, todos esperan al AMOR, pero el amor no llega según lo previsto, todos los valores se han puesto sus mejores trajes, todos han colorido su cara y todos están llenos de la cosa extraña llamada “vanidad”. Mientras el tiempo pasa, todas empiezan a desesperarse porque ven que el amor no llega a escoger su media naranja; todas parecen estar en un concurso de belleza y atracción, en su sentir su apariencia física está en el punto más sensual que pueden mostrarle al amor.

Pasa un minuto más y ya nadie lo soporta, entonces todas se miran y en sus ojos aparece la “malicia”, sus aspectos se van trasformando muy lentamente mientras se miran las unas con las otras, en sus ojos reflejan mucha “picardía y malicia”. Ninguna de ellas se ha dado cuenta de lo que ha pasado con su apariencia física; ahora son desagradables a los ojos de la audiencia, pues, ¡ya no son valores, son antivalores, pero ellas no lo saben!

Se baja el telón, pero la CARIDAD queda sentada en una piedra llorando, pasa un minuto donde solo se escucha el llanto de la CARIDAD, se sube nuevamente el Telón y entra la FELICIDAD de prisa y toma la CARIDAD por su abundante y oscura cabellera, la arrastra, la entra, luego se baja nuevamente el telón y muchas flautas son tocadas generando una armonía que tranquiliza a toda la audiencia.

Acabada la armonía que emiten las flautas, se sube nuevamente el telón.



ESCENA TERCERA

Sale el AMOR montando un caballo blanco, el amor es un ser redondo, de ojos enigmáticos y de voz graciosa. Su caballo también tiene apariencia chistosa. No ve a nadie, se preocupa el amor y dice: ¡oh dónde están mis amadas!, ¡dónde están los motivos de mi presencia! He llegado en el momento preciso, ¡he venido con muchas cargas y sorpresas para escogeros a todas, amadas mías!

Salen todos los antivalores (los valores no se han dado cuenta que se han convertido en antivalores), la audiencia ve, como todos los antivalores salen al encuentro del AMOR, en la carrera para llegar a él (aparece nuevamente el extraño), se pelean los unos a otros, se hacen toda clase de picardías, se halan hacia atrás, y ninguna deja que la otra avance, así que en su afán por llegar, ninguna avanza, porque todas están poseídas de la envidia y el celo. Mientras ellas creen estar avanzando, el AMOR voltea su caballo y se dirige en dirección hacia donde están ellas, pero no las ve, sus ojos son demasiado nobles para ver tanta bajeza.

Se va muy triste el amor, cansado de estar solito, ¡quiere conformarse con cualquier mujer!, mujer que sus ojos puedan ver y que por tanto él pueda amar. No sale nadie a su encuentro, y el amor se va muy triste.

Se sube el telón, todos aplauden y colorín colorado este episodio se ha acabado.

Cuando eso sucede, llega la HONESTIDAD en forma de Ada madrina, de un viaje muy lejano, esta retardada, ¡ella lo sabe!, cuando ve, sobrevuela todo el lugar como buscando rastros, pero no encuentra a nadie; ¡ya todo ha pasado!. Entonces se deprime un poco y se sienta sobre una piedra, descarga su cabeza en sus manos, dando la impresión de estar muy pensativa y olvidada.

Ahora sí todo se acaba y empieza otro episodio y otro conflicto de valores…

SOCIEDAD!

“SOCIEDAD”




El recinto se encuentra dispuesto para el recibimiento de las damas. La reunión inicia a las diez de la noche; faltan sólo quince minutos. ¿Será que vendrán todas? -vendrán todas- ¿por qué tan seguro?, -me he hecho codiciable a todas ellas- ¿cómo haces para manejarlas? –inteligencia masculina. Ahora vete a tus servicios- quiero pensar.

Esta el mesero parado en la entrada del recinto chequeando en su agendilla, el listado de las invitadas. Alguien sale corriendo directo al amo: amo ya empezaron a llegar las invitadas. Ya te hemos acomodado todo para que las veas desde la panorámica que te armamos, sin que ellas te vean a ti. - Llévame a ese estudio.

Están todas las cámaras y todo el sistema de seguridad montado para no perder detalle de la reunión; el gran varón decide sentarse y visualizar cada detalle como comprendiéndose a sí mismo el gran dios de la eterna gracia.

Pasan cinco minutos y empiezan a llegar las invitadas, entre tanto, su escudero entra en el estudio y le dice: ¡amo, empezaron a llegar las damas! –sí, ya sé; en tono desesperante ¿no te das cuenta que de todo me doy cuenta primero?; tranquilízate amo; Ven te hago un masaje para el estrés. (Mientras lo soba; ambos ven por la gran panorámica que permite visualizar cada detalle del recinto por medio de las videocámaras que se han instalado con anterioridad). Amo y ¿quién es esa mujer tan refinada y elegante? – Es Francia- sí, siempre tan puntual jejeje; eso me gusta de ella; para muchas cosas es idónea pero para otras es demasiado peligrosa. Sé cómo manejarla, con las dosis de olor que se emana de mi hombría la mantengo domadita.

En ese momento, los servidores del Jefe la atienden con la cortesía que se le debe prestar a una reina. Entre tanto, llega la hermosísima Italia, mujer de elegante caminar, con un rostro muy atractivo y sensual. Cuando ella reconoce a Francia en el recinto, no va hasta ella a saludarla como indica la etiqueta, se limita a saludarla desde lejos con un gesto no muy complaciente.

Jefe, ¿quién es esa dama que se acaba de bajar del finísimo coche?, no sé, déjame verla, (le pone zoom a una de las cámaras), se ríe el jefe con gran picardía, y dice: es la preciosa Canadá. Ella es la mujer de mis sueños, pero que hago, me resulta imposible conformarme con una. Tú me entiendes, ¿no?

Jefe, están entrando muchas, hay muchos carros haciendo fila para entrar, - te dije, soy irresistible, todas ellas tienen que venir a mí. A todas las he condicionado y por ende deben estar aquí. -Pero jefe no creo que todas vengan hoy, -por tu bien, más vale que así no sea.

Cuando ambos se dan cuenta, el recinto está lleno, todas ellas son mujeres refinadas, de alta alcurnia.

¡Amo!, mira todas esas elegantes damas que han llenado el recinto. ¡Amo! Quién es aquella dama que se muestra toda altiva, mira a las otras con demasiada antipatía, pero es muy hermosa, demasiado glamurosa, un poco más elegante que las otras, quien es esa jefe, quién es, -déjame ver, (pone el zoom en la cámara), ah esa es la muy señora Inglaterra, sí ella es en todo, el símbolo de la vanidad y la perfección, parece no tener defectos, pero yo conozco tan solo unos cuantos, jajaja, si supiera ella lo que sé, lo oscuro de su belleza, de seguro la convertiría de inmediato en mi esclava. Por razones de sangre no me ansía el causarle mal. -Amo hay muchas cosas que yo no entiendo. – es mejor así, mucho mejor así; no puedes entender más de lo que debes. En tono amenazante lo mira con ojos de maniaco y le dice: ¡podría matarte!

Ambos observan con detenimiento, la manera como concurren las cosas, en ese momento, entra otra gran señora, con aspecto imponente, orgullosa en su andar. Cuando la mira el amo, dice: no pensé, que Alemania estuviera tan hermosa hoy, la había echado de menos, es que ella en su juventud, fue una mujer muy codiciada pero venenosa, sus males excedieron su hermosura, pero aún así se conservó bella, aunque jamás se ha dejado de las presentes. Solo yo tengo el “poder de macho” para amansarla. Es una mujer muy sabrosa.

Amo, no sabía que habías invitado a tus esclavas, --¿a mis esclavas? Si Amo, mira. Entran Colombia, Venezuela, Bolivia, todas morenas hermosas de elegante cuerpo pero mal vestidas. Colombia llevaba consigo un vestido enterizo corto color gris y unos tenis negros, sobre su cabello llevaba una balaca, y su peinado era una trenza riñón. Venezuela por su parte, tenía puesto consigo unos short rojo y una blusa estraple, su maquillaje era demasiado exagerado y sus zapatos eran unos suecos bastante sencillos. Bolivia, llevaba consigo muchos atuendos, sobre sus lomos llevaba ruanas y cachivaches; nadie podía ver la más mínima una parte de sus atributos más sensuales; estaba muy cubierta, daba la impresión de estar enferma, de tener una ulcera grave, pero ella se revestía de silencio; era muy callada y tímida.

En el momento mismo en que las que ya se encontraban en el recinto las ven entrar, las miran con altivez y se sonríen hipócritamente entre ellas, hacen escarnio de sus ropas y como dignas damas de sociedad, las miran de reojo, otras se burlan sin respetar la etiqueta y el glamur.

A ese punto, todas se encuentran ansiosas y toman desesperadamente, las bebidas que el “súper macho” les mandó a preparar con exclusividad a todas ellas.

Pasan cuarenta y cinco minutos, y llega una joven afanada, entra al recinto acomodándose su zapatilla; las más altivas de entre las presentes dicen en tono denigrante: ¡ah llegó Suiza! Vaya, vaya, ¡qué sorpresa!, Suiza les dice a todas: hola, llegué yo, luego sonríe. Algunas le dan la bienvenida, otras la saludan desde la distancia; ella ignora a algunas de las presentes.

Sigue el “Amo” expectante de las invitadas que faltan; manda a su escudero y a sus sirvientes a que doblen las bebidas; decide esperar cinco minutos más. Luego su escudero le dice: Amo, ¿pero a quién más esperas?, él le responde y dice; hay una virgen, es deseable pero puritana, no le gustan mis lujos y es dura conmigo; pero me encanta, es la deseable y siempre bella Cuba, por ella estaría dispuesto hacer lo que nadie nunca antes de mi ha hecho…; ya casi es hora de salir al encuentro de ellas. ¿Te cercioraste de que estuvieran lo suficientemente alcoholizadas? –sí Amo. Están en su punto. Creo que es hora de que salgas. –Esperemos un poco más, aún aguardo la esperanza de tenerlas todas conmigo-.

Mientras ellas hablan, llega una mujer de considerable estatura, de ojos grandes y grises, con un rostro muy agradable, vanidosa en su andar, aunque no poseía los mismos lujos de las primeras damas que llenaron el recinto. Cuando entran, todas bajo el efecto del alcohol, le gritan, “hola Argentina, ven tomate uno con nosotras”, ella se siente alagada, y accede a todos los requerimientos de las otras, ¡sus cómplices!

Al minuto, entra una mujer muy estilizada, con andamiaje elegante, pero despeinada, ya todas están alegres, todas están felices, ninguna a ese punto critica, ¡la bebida del macho! ya ha hecho efecto; durante los dos minutos restantes, España toma como desesperada, como si estuviera enferma y necesitara olvidar sus penas. Se bebe las botellas de licor más fuertes que han expuesto los servidores del Amo.

Desde la panorámica, (la gran pantalla desde donde todo lo ve), el Jefe considera que es tiempo de no hacer esperar más a las invitadas. Ordena a su escudero poner “heavy metal” en el recinto. La música es puesta a todo volumen, un volumen intimidante y tenebroso. El amo, ordena a su escudero, le dice: “hijo, carga contigo estos cables, lleva en tus hombros estas herramientas y no te preocupes por lo demás que conmigo llevo el shift”.

LA TIERNA NIÑA LAURA!

LA TIERNA NIÑA LAURA




Estoy completamente enamorado de mi esposa, la amo y por ella estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario, con tal de no verla sufrir jamás; y yo sé y estoy completamente seguro que ella me ama como a nadie y que ha depositado su plena confianza en mí, al punto que por lo vivido he empezado a sentir miedo.

Ella tiene una hija, a la que conocí cuando tan solo era una linda creatura de ocho años; todos estos años, he aprendido a quererla y a sentirla como mi propia hija, la quiero mucho y he tratado de protegerla al máximo.

Ayer, fue el cumpleaños de la tierna y cariñosa niña Laura; junto con su madre le celebramos en compañía de sus preadolescentes amigos sus trece años de edad; aunque ella no parece una niña de trece años; su cuerpo ya bien formado y tierno, dan la impresión de que se tratará de una niña de quince años. Ella es muy dulce conmigo; siempre que llegó de trabajar, me quita las medias, me recoge el saco y me atiende muy bien; me hace jugo y me pone el acostumbrado sillón para que relaje mis piernas. Por lo general, siempre se sienta en mis piernas, luego de darme un beso en la mejilla y de consentir mi cabeza; “le gusta jugar con mi corto cabello y hacerme nudos, cosa que hace desde que la conocí”.

Su madre y yo, en compañía de Laurita, siempre jugábamos juntos, pero por aquello del crecimiento, su madre ha optado por distanciarla un poco de mí. Considero que no puedo verla con otros ojos diferentes a los de un padre; pues por motivos de mi esterilidad, jamás conoceré lo que es contar con una linda y hermosa chiquilla.

Hoy, por razones laborales, tuve que llegar temprano a casa, me encontraba un tanto cansado, pues estamos en cierre de mes y por tal motivo mi trabajo parece triplicarse. Para mi gran sorpresa, cuando llegué, vi la puerta de la habitación de la niña Laura abierta; causó ello curiosidad en mí, pues era hora en que Laura debería estar estudiando en el colegio femenino al que su madre la había matriculado. Cuando miré dentro de la habitación, me conmocioné mucho el verla durmiendo en su ropa interior, fue algo que se produjo en mis entrañas algo que no pude evitar, quise hacerlo, pero no pude.

Inmediatamente entré en la habitación, cerré con mucha precisión la puerta y me acosté a su lado. Luego empecé a tocar con mis labios sus definidas piernas, luego llegue a su cintura, finalmente bese sus labios. Ella despertó y me miró a los ojos. Con la ternura con que siempre me recibía en casa, procedió a quitarme la camisa y a besar mi pecho y mis tetillas de una manera muy suave y tierna. Yo estaba conmocionado, no quería pensar, ni imaginar nada; estaba gozando la plenitud que jamás había lucidado mi mente. Era algo casi que celestial, lo que me encontraba viviendo. Cuando me sentí excitado sobremanera con la niña Laura, con las enormes palmas de mis manos, empecé a acariciar y a tocar con mucha sujeción todo su cuerpo; hasta que no aguanté más y mis manos casi que de manera involuntaria, soltaron el broche de sus rosados principiantes. Cuando tuve frente a mí, aquellos rosados y tiernos pezones, creí haber alcanzado la gloria; el solo verlo produjo en mi una erección pausada y en extremo delicada. Luego de ello; como cegado por aquel deseo prohibido, o por aquella satisfacción reprimida, la detuve encima de mi pecho y por el lado de su diminuto panti rosadito, empecé a mirar aquella diminuta fresa, claramente estrecha y enternecida. Con mucha ansiedad y plena satisfacción la besé, primero le di unos cuantos piquitos, hasta que se me antojo, y no detuve mi lengua de buscar su lugar de excitación; ella estaba toda emocionada, gemía, cual gemido hacía que mi organismo se revolviera y produjera cientos de felicidades en milésimas de segundo. Estaba auspiciado de aquella gloria que baboseé y exploré con la inquietud de mi boca. No aguanté más, y con mis dientes, bajé aquellos delicados rosados pantis, elaborados con el algodón más tierno que jamás mi gruesa y brusca piel hubieran podido sentir. Una vez hube sentido su tierno, suave y desnudo cuerpo encima del mío; no pude evitarlo, pero con fuerza la estreché en mí y froté todo su pequeño y manejable cuerpo con el mío. La emoción y sensibilidad en mi aumentaron, no pude contener ese momento e inevitablemente tuve mi segunda erección. Se trató de algo mágico, algo que costó quejidos y lamentos de mi ser. Parecía que a ese punto mi carne estaba sumamente agradecida conmigo, pero la sentí insatisfecha, y ella misma procedió nuevamente a besar los pequeños y rosados labios vaginales de la preciosa Laurita. En ese momento, ella se convirtió como en especie de una fiera hambrienta y comenzó a besar mi boca, golpeaba su tierna lengua con la mía, luego deslizó su abundante cabellera por sobre mi pecho y mi peludo estomago, hasta que llegó a mis testículos, los lamía como si se tratara de un dulce agradable a su paladar; a ambos los introducía en su pequeña boca, luego deslizaba su fina lengua sobre el largo de mi erecto pene, luego lo introdujo en su boca y yo casi que me vengo, pero me contuve pensando en otras cosas. Luego se desplazó hacía mis anchas y peludas piernas, las beso y las acariciaba con el paso de sus cabellos, hasta que llegó a los dedos de mis pies, de donde me miraba salvajemente y plenamente los besaba y metía los dedos de mis pies a su boca. Ello me encantó, casi que no podía creer lo que estaba viviendo, y como si fuera poco, para añadirle adrenalina a mi carne, a la hermosa Laura se le ocurrió apoderarse de mi pie izquierdo y frotarlo en medio de sus dos delgadas piernas; cuando sobaba su tierno y jugoso clítoris sobre el peine de mi pie, me hizo estremecer, e inmediatamente tomé el control de la situación. La puse debajo de mi costado. Le di el último beso y la última chupada a aquella tierna vaginita, hasta que no hubo un momento mejor e introduje mi grueso y moreno pene sobre su rojita y diminuta vaginita; lo hice con tal suavidad, que sentía como cada milímetro de mi pene que entraba en su carne se hacía fuerte y parecía como si se ahorcara por la multitud de cobijas que abría a su paso. Ello no duró mucho, pues sus lamentos de satisfacción, me hicieron venir cuando hube percibido el olor a sangre de aquella ex virginal mujer.

Cuando me di cuenta de la notoria eyaculación que tuve debajo de mis pantalones; me sentí el ser más miserable y sucio del universo entero. Quise morirme por aquella pasión vergonzosa que mi carne pronunció. Me alerté muchísimo y antes de que la niña Laura despertara, me fui a mi habitación, escribí una nota a mi amada esposa, empaqué y me marché con el propósito de nunca más volver.

EL NIÑO DE LOS ALAMOS!

EL NIÑO DE LOS ÁLAMOS




Soy el niño de los álamos, y he venido para confirmaros que nada sabéis de mí. Acaso creísteis que siendo yo del todo bueno, alcanzaría la seguridad que me prometisteis.

Siento el hambre en la mañana y en la noche no puedo conciliar mi sueño; dormito en las noches por el consuelo orquestal que hacen de mi mis entrañas. Tengo miedo y no hay quien ayude, pido auxilio y no hay camino de socorro ni vía al auxilio.

Soy el niño de los álamos, y siento pena, siento pena de que esperéis de mi algo que no quisierais darme; en el hambre y la necesidad he fundamentado mi gloria y por ello; desde los altos álamos a los que me enviasteis; siento vergüenza por vosotros.

Soy el niño de los álamos y quiero deciros que no hay nada más importante en la vida de un niño que encontrar el sustento abrigador de una familia protectora y confiable. ¿Acaso esperabais de mí, lo que nunca me disteis? Creísteis que el ser bueno y practicar valores era cuestión de dar tiempo a los juicios que vosotros levantáis sobre los indefensos.

Soy el niño de los álamos, y me he dado cuenta que de nada me sirve el vivir porque mis alas se conocían cauterizadas desde el momento mismo que di entre vosotros. Es que no logro entenderos, es que no logro justificaros, es que no logro construir la causa de vuestro frustramiento.

Soy el niño de los álamos y antes de que me construya el tiempo, quiero deciros que lo más importante, no es lo que vosotros pensáis de mí. Acaso creísteis que los motivos por los cuales se remedían mis inmediatas necesidades, son los motivos por los cuales he venido.

Soy el niño de los álamos y no os pido un triunfo sin forma, tampoco reniego la causa de vuestros actos; ni velo por mi causa. Pero como esperáis de mi algo que no me habéis dado; como esperáis un futuro cuando sobre mis lomos estáis construyendo calamidad.

No os entiendo hombres, tampoco os comprendo sabios. Acaso, ¿cuáles son los motivos de la vida? A caso, ¿cuáles son las causas de la existencia? Creo que vosotros sabéis más que yo. Porque vosotros sois adultos y habéis vivido más tiempo que yo sobre la tierra.

Entendimiento de doctos no tengo, pero si ello condiciona mi mente haciéndome semejante a vosotros ¿de qué me sirve? Acaso no fuisteis niños. Acaso no comprendisteis el porqué de tantos vacíos y desolaciones en vuestras vidas.

Soy el niño de los álamos y quiero deciros que las justificaciones y las riquezas se hicieron mañana porque el presente estaba construido hoy. Pero vosotros lo dañasteis y lo acabasteis con vuestras nobles farsas. ¿Qué sentido tiene pues la compañía del hombre con la bestia? ¿Qué gloria tendrá la araña en el palacio de un rey déspota y lujurioso?



Hoy no hay arrogancias ni cinismos pero la constristación de mi alma clama por el asesinato vil de la existencia pura de todos aquellos a quien yo represento y significo.

Venid todos, tratad de vivir como yo, sentid los anhelos de mi corazón y buscad la inteligencia de vuestros condicionamientos. Esperé tributo de los reyes y resultó que ellos demandaron de mi fuerza, os pedí comida en mi crecimiento y paso que no me disteis sino trabajo.

Mendigué el día, abracé la noche porque ella nunca lo hiso conmigo. ¿Queréis que os justifique? Cuando estando yo en el pabellón oscuro solo gritaban lujuriosos los grandes de los que hablan. Pasaron por mi costado muchos y desconocieron que al igual que todos estaba hecho de carne y de amor, aunque me negaron mis padres y mi condición se hiso tormentosa a mi necesidad.

Siento miedo de vosotros, me frustrasteis y me avergonzasteis hasta la muerte; tengo cadenas que enlazan mi rutina y conflictos que frustran la existencia. No puedo sobrevivir conmigo mismo y queréis de mi ayuda. ¡Acaso sois idiotas sin entendimiento alguno!

Me interesan los motivos del pasado porque con ellos evitareis que los de mi lugar se escabullen y no encuentren camino de superación y felicidad.

Mis dones y talentos innatos se han dormido porque mis inteligencias no han sido utilizadas, y mi dinamismo infantil os juzga porque no incentivasteis en mi lo que vosotros ya olvidasteis porque sois adultos. Pensasteis que al igual que todos os amaría por desgracia. ¿Acaso os provoco lastima? ¿Acaso os causo indignación y vergüenza? No soy más que el reflejo construido de vuestros actos, no soy más que la varilla expuesta sobre la casa derribada.

Os quiero ayudar y tal vez por eso es que os he sido enviado desde los altos álamos. Soy el niño de los álamos y os detesta mi alma.

Hay cobardes que buscan y hay ricos que ansían y tienen pero hay quienes como yo no saben ni comprenden. ¿Comprenden ustedes? Mi lenguaje agresivo no lo es si lo miráis con cordura y con algo de lo cual sois enemigos; la Inteligencia.

Ayer estuve pensando que deciros y encontré que nada podría guardar mi memoria que aquellos secretos conocidos que vivió mi alma; aquellos que por vuestro descaro dieron muerte a mis amigos y aquellos por los cuales mi alma no ha encontrado la paz. Contrario a lo que pensáis del alma de un niño, aun veo lo que hacéis y he sentido el dolor de que ni aun la muerte de muchos os ha permitido quitar esa ceguedad de vuestros ojos. Yo sé que la lucidez es algo que os da miedo. Intentáis mandarme a la escuela con un rejo en la mano, con un arma en mi cien y con un grupo de payasos que no preparan ni visualizan lo que vosotros podéis construir en mí.

¡Oh lucidez no te vayas! ven aquí, cumple tus compromisos. Cuando más bien debiera implorar oh mundo ciego, hasta cuando abriréis vuestros ojos y me mirareis con ojos de agrado. Buscáis soluciones a todo, y os conformáis con la respuesta del aparecido y a mí, que salí de vuestras entrañas me tenéis descobijado y desprotegido.



Mañana he pensado cautivaros en el olvido y mandaros para el lugar de vuestra morada, aquel lugar donde el cinismo, la mentira y la rabia son los tres pilares de vuestra potestad. Vergüenza ya no me dais, porque a estas alturas he reconocido que os merecéis cada designio que pensó vuestro corazón. Lamento que lo que ansiabais no lo pudieron haber visto vuestros ojos. Lamento que lo que esperabais de mi no os hubiera salido bien.

¡Qué lamentos ni que nada! ¿Para que me escucháis?, si sé que mañana vendrá un glotón y se comerá mi destino, si estoy seguro que no halláis mas que motivos para demostraros buenos e inofensivos; pero a mí me toco el papel del indomado, el doctor de lo inacostumbrado; el que rompe las reglas, llora y roba. Jajajaj a estas alturas ya me rio, porque no os entiendo hombres, no os comprendo.

Soy el representante de todos los niños; y ellos me han contado de los múltiples abusos y bestialidades que concurren entre su inocencia y vuestra maldad. ¡Qué horror! de haber sabido que tendría que lidiar con marionetas sanguinarias, sin mente y sin raciocinio, me habría yo sepultado en el vientre de mi madre para no haber visto lo que vosotros pensáis del bien.

Gracias os doy porque desde los álamos ya conocí la vida de vuestros caminos y creedme todos que mi corazón se compungió porque me dais lastima de que construyáis con vuestra boca y derribéis con vuestros pensamientos y maquinaciones. No hay en mi rabia, ni cinismo y menos mentira; lo que viví os lo digo. Seguid construyendo conocimiento sobre lo que no conocéis y seguir implorando la gloria de los triunfos cuando no queréis trabajar por el bien. ¿Dónde me dejáis a mí? Sé que para nadie fui motivo de dolor, se que ninguno vio mi aflicción. Ahora queréis remediar vuestros juicios y pensáis que os podéis poner a saldo conmigo. ¿Ya para qué? Que me contáis de mis colegas que me siguen visitando aquí en los álamos por vuestras inconcurrencias. Ayyy ¿qué diré? Ayy ¿qué haré?

Cuando entendáis porque os he hablado buscadme y esperad que os consuele con la dicha de deciros que nada valéis en mis sueños porque lo que anhelo ahora para nadie es secreto y lo que ven mis ojos no es más que el aciago necio andamiaje de supuestos valores con los que pensabais formarme.

Muy pocos de todos los niños que han venido a mí, me han contado que entre los que aun habitan vuestro mundo, hay en proceso de formación futuros sordos, hechos exactamente en la medida del ejemplo que de vosotros ven. ¡Pobrecitos mis amiguitos!, si pudieran abrir los ojos y distinguir una aguja de un limón, de seguro ellos tomarían el mando y de seguro vosotros no serias más que esclavos domadores de las bestias de la noche.

Por última vez os digo, “gracias”, porque todo lo que hacéis me ha permitido reconocer la ignorancia en la que vivís. ¡Busquemos un motivo, encontremos un camino, abramos las puertas del entendimiento y signifiquemos las razones del olvido! Condenad al pulcro de lengua y seguid matando al leñador. No hay quien os defina justicia y por supuesto no hay quien haya dispuesto su corazón para poder deciros: IDIOTAS, MORID POR LOS MISMOS NIÑOS QUE FRUSTTRAIS, SEPULTAD VUESTRAS CONCIENCIAS SI PODEIS Y ACARICIAD CON RECELO LA EVAPORACION DE VUESTRAS CABEZAS SOBRE MI LIBERTAD. ADIOS…

PALOMA MÍA!

PALOMA MIA


BY JACS

Era el tiempo en que los reyes de la tierra, formaban sus grandes escuadrones de ejércitos para ultrajar a las Naciones más débiles, saqueándolos y esclavizándolos de manera muy cruel y despiadada. Era el tiempo de las riquezas y de las glorias, se veneraba al rey que más guerras ganara; ¡solo importaban los triunfos!

Entre tanto, las mujeres, cada una en sus razas, para no ser raídas de la tierra por los reyes que gobernaban, debían ser de familia de nobles; elegantes, sabias y sobretodo hermosas. La hermosura de la mujer era aquello por lo que los reyes censaban sus pueblos, para escoger entre las miles y miles de doncellas.

Bajo tanto clasismo femenino, se estaba levantando una generación de mujeres, que pese a todo los requerimientos que debían poseer para ser mujeres respetadas por los reinos; debían ser guerreras en potencia, mujeres de virtud, guerreras cobijadas con los poderes de la luna y la fuerza del sol. Sin embargo, mas allá del sol y la luna, existía la preeminencia de un poder secreto, un poder que solo los sabios conocían, ¡nadie más! Ese poder estaba aún en desconocimiento de muchos reyes y las pocas damas que lo conocían, jamás lo referían, porque conocían lo imposible de su alcance por los requerimientos del mismo.

Había llegado el año en que todas las niñas de esa generación celebraban sus fiestas de bodas, solo las más distinguidas de entre las distinguidas agasajaban sus quince primaveras, puesto que las otras eran entregadas en casamientos con hombres déspotas pero muy ricos por sus cuantías en oro. Todo en la mujer ocurría a muy temprana edad. Las mujeres por ende pasaban a ser parte de montones menospreciados y de influencia cero en las determinaciones de sus adúlteros esposos, que también poseían en sus manos el quitar o dejar vivas a sus esposas. Ahhh y pobre de la que no concebía…

Durante ese año; dieron muerte, muchas muertes a las convertidas mujeres, a unas por feas, a otras por incultas, a otras por estériles y a otras porque sencillamente no hallaban gracia sexual en los brazos de sus asquerosos maridos. De esa manera el número de mujeres sobre la faz de la tierra se redujo considerablemente, hasta que los principales príncipes de los reinos, no encontraban una mujer completa para sí de aquella generación que se levantaba y por consiguiente muchos de ellos complacían sus apetitos sexuales con sus hermosos colegas de los otros reinos. “Pero todo no pasaba de ser un secreto de muerte y perdida”.

Por aquello de las continuas guerras y de los continuos ataques en contra de los débiles, la hija de las estrellas, también descendiente de ese pueblo miserable y débil, con el que todos los reinos de la tierra jugaban y se divertían; crecía en medio de la selva, cubriendo su desnudez con las hojas de los arboles; absolutamente nadie la conocía, de hecho, era una niña muy fea, tan fea que sin lugar a dudas de ser vista llevaría las muerte más violenta que mujer alguna sufrió durante ese tiempo. Su fealdad era exacerbada. Dos meses antes de sus quince primaveras, la muy pobre, escondida entre los arboles iniciaba la costumbre de las mujeres; algo extraño para ella. Lloraba y gemía por entre los pedregales.

Una madrugada, el día que de su cuerpo se terminaba su primer flujo de sangre; mientras dormía sobre una roca en forma de cuna; una lluvia de fuego blanco, y de truenos y de relámpagos encendidos cubrió la piedra donde dormía. Los animales de aquella selva, que por supuesto la adoraban y la apreciaban como parte de aquella selva virgen y peligrosa, temieron en gran manera y solamente las especies que vieron el hecho fueron desaparecidas de entre la raza animal y salvaje del tiempo por los tiempos.

No hubo memoria del hecho ocurrido, al día siguiente, los animales del bosque que tanto la querían, no la reconocieron, y la atacaron, ella no entendía; mientras corría, y huía por los caminos menos peligrosos de aquella madre selva, sentía como si algo se desprendiera de sus ser, corría ¡cual gacela que huye de su devorador! Cuando llegó a los albores de uno de los bosques del castillo blanco, vio nuevamente al gran rey de las guerras y a su joven príncipe quien se había convertido en su amor platónico y quien por aquel tiempo andaba en épocas de amores.



Simultáneamente a este hecho; en el otro extremo de la tierra, se había desatado un poder enceguecedor y peligroso, ¡se trataba del Rey y dueño de los de abajo!, cuyo primogénito no fue un hombre sino una mujer; y como todos los alrededores de su reino conocían la dureza y arrogancia de sus corazón, el día del alumbramiento aseguró a todos sus principados que su hijo varón había muerto, encerrando a su muy pero muy hermosa bebe en el lugar de la serpiente madre y de los dragones padres, a quienes les ordenó la crianza de su creatura. La reina y madre del castillo nieblas, fue asesinada por su esposo, por haber dado en su primer alumbramiento una hembra y no un varón. Quince años después de este acontecimiento, la niña fue transformada en mujer el mismo día y a la misma hora, con el mismo proceso en que la hija de las estrellas vivió.

El día que salió esta hermosa mujer, de tan solo quince años de edad, su padre se impresionó muchísimo al verla, ardió inmediatamente en ira, y mandó matar a la serpiente y a los dragones encargados de la crianza de su bebe. Pero era demasiado tarde, dado que la adolescente, había dado muerte a sus cuidadores de sangre fría. Sin lugar a dudas, todo el castillo negro estaba ante la presencia de una belleza nunca antes vista, una sabiduría e inteligencia aterradora y un poder que tenia origen en los inicios de la confusa raza de su padre, “el rey de los de abajo”. Su padre, por supuesto sabio en extremo, quiso retenerla, pero sigilosamente la joven transformada en una gata negra, huyo del castillo y de los designios de voluntad de su padre.



Mientras esto ocurría en el castillo nieblas. En los albores del castillo blanco, la hija de las estrellas buscaba la manera de permear en el castillo blanco sin ser vista por nada, ni por nadie. Pero mientras eso ocurría, las bestias selváticas estando demasiado cerca para asesinarla, la identificaron por el olor de su juventud, el cual era apaciguador, por ese mismo olor fue que jamás le habían dado muerte, y por el mismo todas las bestias feroces se habían sujetado a su mando y ordenamiento desde que tan solo era una bebe.

En ese momento, los animales todos a una corrieron, ella desprevenida, fue levantada por sus largos marrones cabellos por uno de los servidores del castillo blanco. Este hombre la trajo hasta donde se encontraban el rey y el príncipe en su preparatoria de guerra; “nunca una mujer podía verlos juntos, sin ser muerta al menor instante por el efecto de sus rostros”; pero esta adolescente lo resistió, lo que sorprendió el poder y dominio del reino blanco. Siendo arrojada al suelo, escasa de ropas, casi desnuda; el servidor empezó a cuestionarla delante de los reyes, pero no entendía el lenguaje de ese reino y por tanto no hablaba, solo gemía; Gemidos que el joven príncipe de manera muy curiosa entendía y así mismo respondía. Entre tanto su padre, por efecto del viento desapareció de esa escena de pánico, conocimiento y atracción. El castillo blanco estaba ante la presencia de una joven doncella bella en extremo, hermosa en todo su andar, y como primera novedad había alcanzado la misericordia del castillo, motivo por el cual el rey del mismo desapareció entre el viento.



Luego hubo consejo en el castillo blanco, trataron de reconocer la procedencia de aquella joven que había llegado al castillo blanco por en medio de uno de los muchos bosques, pero no le hallaron genealogía y eso conmocionó en gran manera el consejo del reino del castillo blanco. Entre tanto fue puesta en una de las prisiones del castillo, pero como el joven príncipe había caído en un profundo encanto, intercedió por ella ante su padre, pidiéndole que fuera puesta en una de las habitaciones reales diciéndole - “padre mío, no sabemos qué procedencia tenga esta mujer, por tanto, considero necesario sea tratada como una mujer noble, puesto que tal vez incurramos en problemas con las leyes del castillo por no ser hospitalarios con una mujer sin rastros”-, esto pareció bien a su padre y la mujer fue tratada como tal, enseñada en la lengua del castillo y antepuesta a las normas y leyes del mismo. Donde el mismo rey percibía el alcance de su sabiduría y justos juicios a través de los razonamientos que en la lengua que se aprendía ella expresaba con muchos errores sintácticos.

El rey había indagado en el ministerio de lo oculto, en el que solo él podía consultar; se trataba de un ojo tranparente puesto exactamente en el lugar sagrado de su castillo; era el ojo que todo lo veía sobre la tierra e interpretaba al rey del castillo blanco lo que vendría; (este merito había sido dado al castillo blanco por las obras buenas y el corazón afable que tenía su rey). Sin embargo, mientras el rey trataba de asimilar lo que acontecía en su castillo, nada de lo que el ojo había relevado parecía concordar, todo parecía como si el ojo mintiera o estuviera ocultando algo, porque se había hablado de una mujer hermosa que llegaría al castillo blanco; pero no en ese tiempo, sino en otro y que la descendencia de esa mujer tendría enemistad con el castillo nieblas y por ende debía ser eliminada por el comando supremo del castillo blanco. Pero jamás se había hablado de una mujer como la que acababa de ser hospedada en el castillo blanco. Por lo anterior el rey empezó a desconfiar de la hija de las estrellas, pensando que se trataba de un plan de su enemigo a muerte, “el rey del castillo nieblas”.



A la caída de la tarde de aquel día, sobrevino una borrasca muy fuerte, tan fuerte que el castillo en si fue cerrado. Y la guardia principal del castillo fue agraviada por los hechiceros y brujas que había enviado el rey del castillo nieblas en busca de su pequeña bastarda. Mientras esos magos flotantes en el aire con aspectos de gran maldad atacaban los mandos de seguridad del castillo blanco, los servidores de este castillo se inclinaron sobre el suelo y se despojaron de su apariencia humana, transformándose en palomas acorazadas con alas de un plumaje excelso en hermosura. Combatieron por algo cercano a los quince minutos, hasta que el dromedario caníbal, servidor del rey nieblas, sobre los vientos de la borrasca, con su mirada profunda que traspasó los fuertes muros y puertas del castillo, miro a la doncella sobre una cama real; pero, inmediatamente identificó que no se trataba de la hija del amo. Por tanto desapareció con sus tropas enemigas; nadie murió, pero fue una señal que alerto sobremanera al joven príncipe y a su amado padre.



Enterado el rey del castillo nieblas de la doncella que habitaba el castillo blanco se perturbó sobremanera y recordó las imágenes de los jeroglíficos antiguos acerca de la batalla, lucha y guerra que se daría entre las dos hijas de la tierra; la una la hija de la luz y la otra la hija de las tinieblas, en un tiempo que parecía comprender otros tiempos antes de su llegada. Por su parte el rey del castillo blanco había caído en un sueño delicado, puesto que vio todo lo que acontecería y cuando se levantó, se levantó con gran angustia sin recordar absolutamente nada, solamente una gran perturbación sobrecogía su corazón. De inmediato levantó su almohada; pues debajo de su almohada se encontraba el lugar sagrado de su castillo “el ojo revelador”, el cual le mostró, exactamente cuando la hija del rey del castillo nieblas se transformaba en una gata negra y huía de entre las huestes del castillo de su padre. Inmediatamente el ojo revelador le mostró los jeroglíficos antiguos, aquellos dibujos inanimados que lo conmocionaron en gran manera acerca de la lucha de las dos hembras de la tierra por el designio de los reyes y de los pueblos. Era un asunto tan delicado, del cual dependía el fruto de la vida y lo sobrecogedor era que todo había sido entregado al mando de la mujer…



Pasada la borrasca y ese oscuro acontecimiento en contra del castillo blanco; En él mismo se dispuso asamblea de doctos, los cuales determinaron proteger con todas las fuerzas del reino del castillo blanco a la joven doncella. No tardó mucho en ser encontrada la hija del rey del castillo nieblas; fue encontrada en un peñasco donde nacía un rio de agua muy espesa y amarga, tanto que nadie la podía beber. Mientras esta decidía lanzarse, su padre en una milésima de segundo estuvo detrás de ella, sin que ella lo notara y la tomó por su brazo izquierdo, no dejándola morir. Sabía que su hija era el instrumento de guerra que desplazaría las deshonras de su reino, a las honras que vendrían de seres hasta el momento desconocidos por esos mundos.



Mientras todo esto pasaba, el joven príncipe, se excedía en belleza y hermosura sobre todos los principados y potestades, su sabiduría y talante no era sobrepasado por nada, ni por nadie. Se había convertido en cuestión de dos días en el varón perfecto; pero aconteció que en la noche de la borrasca; una lluvia de pétalos rojos lo bañaron en sus jugos sagrados, durmiéndolo por algo cercano a siete años. Durante ese tiempo, nadie pudo entrar a su aposento, ni siquiera su padre. Durante esos siete años ambas mujeres fueron entrenadas para el día del combate, cada reino dispuso de lo mejor para el entrenamiento de cada mujer, con el fin de obtener la victoria en el día señalado; era un día sin fecha y sin hora, era un día tan vacío y tan lleno lejos del alcance de los seres que concurrían el espacio. El único que tenía conocimiento de ese día era el rey y su hijo que dormía.



Siete años después, el día en que fue despertado el joven príncipe, las dos mujeres se renovaron en hermosura, como nunca antes había sido vista sobre la tierra; a ambas se les multiplicaron en tres medidas más sus talentos y poderes de guerra; eso fue algo ocasionado por el despertar del verdadero príncipe. Como la hija de las estrellas fue entrenada en el castillo blanco, fue inevitable tener en su presencia al hijo del rey, el Amor, fue a primera vista, sus corazones palpitaban a una velocidad nerviosa que ocasionaba mucho temor en la relación que se había cautivado. Discerniendo el rey del castillo blanco que ya era el tiempo de la batalla, notificó al rey del castillo nieblas por medio de uno de sus blancos unicornios voladores.



Ese, no fue un día, no fue una hora, solamente era un acontecimiento dentro de una circunferencia rodeada de cadenas y reflejos proyectados de luces de muchos colores. Ahí se encontraban muchas mujeres vírgenes, que aspiraban tener los desposorios del hijo del rey; pero cuando el joven príncipe vio a la hija del enemigo de su padre, sintió un fuerte temor y ordenó expulsarla de aquella circunferencia; la mujer en ese momento, con su gran poder exterminó a los servidores de rey del castillo blanco y acabó a una con todas las cientos de doncellas que hacían fila para ser opcionadas por el rey a titulo de esposa de su único hijo. En ese momento de alevosía, la única que se levantó sobre los abismos de fuego fue la hija de las estrellas, donde todo su cuerpo rosado como la fruta que inicia en las ramificaciones de los arboles, su cabello abúndate de color café oscuro brillante y sus ojos grandes del color de su cabello; ahora su figura, esbelta, como la de una mujer sin defecto, se auspició del ataque de la enemiga que quería robar el prestigio y amor de su amado y de una manera sorprendente capturó ese negro eléctrico poder en su mano y lo hizo polvo ante los ojos de todos los allí presentes; inmediatamente la hija del rey del castillo nieblas ascendió sobre el espacio y se hizo frente a frente a la hija de las estrellas. Cuando sostuvieron fijamente sus miradas la una de la otra, ambas sufrieron una transformación física, a ambas les fue quitado el vestido de guerreras y les fue otorgado a cada una un vestido de novia, casi idénticos, la única diferencia era que el vestido de la hija de las estrellas tenia corona como añadidura del vestido, en tanto que el vestido de la otra, solo tenía un ramo de uvas amargas y aparte de eso, su vestido no tenia calzado. En cuestión de segundos volvieron a sus trajes de guerra; la hija del rey del castillo nieblas, de tez dorada, de cabello ondulado y dorado, muy hermoso por su abundancia, de un cuerpo muy atractivo y deseable; tenia consigo las armas negras de sus antepasados, los polvos mágicos de sus hechiceras y los atuendos de perversidad que usaba su madre. En tanto la hija de las estrellas solo tenía un arco consigo y bajo sus pies tenía una fuente de agua que se movía con ella por donde se desplazara.



En ese momento ambas fueron detenidas. El trono del joven príncipe fue ascendido en lo muy alto, frente a si tenía las dos hermosas mujeres cada de novia y de guerra que habían recibido de sus padres.



Dentro de la circunferencia, una mitad se hizo luz y la otra se hizo tinieblas, muchos reyes y sabios, también mujeres y niños, contemplaban desde los suelos aquel acontecimiento. En tanto los dos reyes cada uno en su castillo, sentados en sus tronos esperaban pacientemente, expectantes de cualquier asunto.

Sobre lo muy alto, el rey comenzó a leer las reglas del combate, donde todo fue permitido; lo único era que una de las dos debía dar muerte a la otra en el término de una hora; de no ser así, ninguna seria elegida como la reina suprema y ambas morirían. La segunda regla era que si moría la hija de las estrellas, la hija del rey del castillo nieblas tendría un dominio muy largo sobre un mundo muy apetecido pero sin edad. Y la última regla era que si ganaba la mujer rosada se darían las fiestas de la boda y la hija del castillo negro sería completamente destruida.

Una vez fueron puestas en conocimiento las reglas sobre las dos mujeres, todos los moradores que habitaban ese tiempo, las oyeron y temblaron.

Se dio inicio al combate, cual combate no existió jamás entre dos mujeres como ellas. Primero combatieron sin hacer uso de sus poderes, combatieron como luchan dos mujeres con rabia y temperamento, se alaban sus cabellos, se arañaban sus pieles, pero se sanaban simultáneamente las heridas que se hacían, pasados quince minutos la hija del castillo negro se encendió en ira porque la hija de las estrellas le quito el collar de su madre Venus y lo tiro al vacio espantoso, donde habitaban creaturas horribles, raras y peligrosas. Empezaron los poderes, el poder de las uñas, de donde se desprendieron sus uñas y se hicieron millones, filosas y venenosas, todas entraron en el cuerpo de la hija de las estrellas y el veneno quiso hacer efecto, todos pensaron que ella caería y moriría, pero su cuerpo se hizo inmune al veneno y eso no la perjudicó; entonces la buena mujer sacó dos lazos de sus cabellos y quiso estrangularla pero no pudo porque la espada de la mujer mala las corto, seguidamente, sabían que restaban solo quince minutos para dar fin a la batalla. Entonces la angustia del paso del tiempo las sobrecogió a ambas, pues ninguna quería morir. Como lo único que quería la hija del rey del castillo nieblas, era que la veneraran por su poder, riquezas y gloria, sus poderes se hicieron menos fuertes ante los de la hija de las estrellas puesto que ella solo combatía por el amor y enaltecimiento de su príncipe entre los reyes.



Pasó que faltando tan solo tres segundos de combate, el padre de la hija del castillo nieblas, viendo que su hija se debilitaba sobremanera y estaba próxima a expirar, quebrantó el código del respeto e hizo desaparecer a su hija del combate. Se la llevó, la ocultó. Pero como la regla decía que una de ellas tenía que morir y como nadie murió. Entonces, los mandos superiores determinaron enviar al rey del castillo negro junto con su hija al mundo sin edad. Donde ambos serian espanto para los habitantes de ese mundo; pero, ambos ejercerían poder sobre muchas personas, incitando y enseñando los caminos del mal. De la misma manera el matrimonio del príncipe y de la hija de las estrellas, una vez contrajeran nupcias y consumaran su amor, serian enviados al mundo sin edad a enseñar a los pobladores de ese mundo la magnificencia del bien.

Se celebraron las bodas y el rey preparó un agasajo enorme para la boda de su hijo, donde muchos de los invitados no fueron porque les interesó mas acompañar al señor nieblas. La boda se hizo y hubo mucha felicidad en el castillo blanco.

Llegado el momento el príncipe junto con su esposa fue enviado al mundo sin edad, donde se encontraban ya trabajando el rey del castillo nieblas y su maligna hija. Y pasó que luego de un tiempo, cuando los dos jóvenes del castillo blanco se posesionaron como rey y reina en ese nuevo mundo e iniciando las reglas del bien, de manera constante. La hija de el señor Levo, este es el señor del castillo nieblas, puesto que en ese mundo todos tenían nombre y el recibió el suyo; el de su hija fue Caica. Esta Caica se percató de la inocencia del pueblo que habitaba ese mundo sin edad y que entre tanto que el Rey y la Reina enseñaban las reglas de convivencia en ese mundo para vivir en paz, propuso a su padre hacer uso del poder que tenían para incitar a esas personas a hacer todo lo contrario a las normas que enseñaban el rey y la reina, las cuales conducían a la paz.



Haciendo pues ellos planes para convertir el mundo sin edad en un lugar de violencia y guerra. Empezaron por estudiar todas las leyes enseñadas y comenzaron a incitar a las personas a hacer lo que no era bueno. Pasado un siglo de vida; había tantos buenos como malos. Entonces fue ordenado por consejo superior cerrar ese mundo sin edad, que a partir de ese tiempo ya tenía un siglo de edad. El rey y la reina se angustiaron y dijeron que ellos podían hacer el trabajo, que ellos podían prevalecer sobre todo ese mal que estaban fomentando Levo y su hija Caica.

Pero el consejo supremo no oyó, y mando recoger a la gente buena; entonces la mujer intercedió e hizo un trato diciendo. “dejen que combata nuevamente con Caica y su padre, yo sola; si yo gano, ellos tendrán que abandonar ese mundo cristal, de lo contrario yo asumo las consecuencias que ustedes determinen”

Pareció bien este planteamiento al consejo supremo y determinaron otorgar el permiso para ese reto. Pero antes se aclararon muchos aspectos del asunto; para ello fueron llamados Levo y su hija, y el rey y la reina. El primero era que Levo seria el rey y su hija la princesa de ese mundo en caso que perdiera la reina; segundo la reina no moriría, pero entraría en estado de sueño, un sueño muy largo, donde su esposo viviría en angustia, buscándola por todos lados sin encontrarla, hasta que pasaran unos tiempos, ya determinados. Y tercero, el sueño de Caica se haría realidad, puesto que las riquezas y los tesoros de ese mundo serian dados a su padre y ella como heredera, enseñaría a ese mundo lo que ella quería, demostrando su poder y convirtiéndose en una voluntad religiosa, que enceguecería a todos los pertenecientes que nacerían dentro de ese mundo, que para vivir tendrían que adorarla y respetarla, defendiéndola en su inmensa ignorancia.

Caso contrario a lo anterior era que si ganaba la Señora y reina, llegarían tiempos de mucha felicidad y paz, pues los poderes de Levo y Caica serían quitados para siempre.



Mientras el consejo supremo entro en esa determinación, el rey llamó la atención de la reina diciéndole – no puedes tomar decisiones tu sola, no quiero pensar lo que sería de mi si te dejara de ver por largo tiempo, no sé, no sé! Mi padre sin dudas permitirá que pasen muchas cosas pero jamás querré perderte, ¡mi AMOR por ti es eterno!;- la Reina con lagrimas en sus ojos le contesto, -y ¿Cómo crees que me siento yo?, tu eres mi vida, pero sabes que no hay alternativa, es nuestro el compromiso, somos los dos como uno, nada puede interrumpir estos designios, tu eres para mi así como yo para ti, nadie podrá acabar nuestro Amor, nadie; me he perfeccionado por ti y por ti no dejare de vivir, aunque los tiempos pasen y nuestro Amor parezca no existir, nuestro Amor en todo momento renacerá y se rejuvenecerá- no temamos, ---ambos lloran amargamente, como si reconocieran que nada bueno fuera acontecer.



Volvieron al consejo de magnificentes sabios ancianos, el ambiente del lugar parecía estar estorbado por un mal presagio pero una vez jurado en el concilio sobre el libro de los tiempos, todas las miradas de los allí presentes se compenetraron sobre los ojos de el Rey y la Reina que fijamente no dejaban de contemplar su Amor. En ese momento toda la asamblea fue transpuesta al mundo que tenía un siglo de edad y ante ellos fueron reunidos todos los habitantes de ese bello mundo centinela.

Para ese día fueron levantadas muchas bestias (Seres completamente extraños y horripilantes; esos eran conocidos como las mascotas de la casa de Levo. Para ese tiempo estos eran monstricos, cargados de sapiencia y llenos de obediencia; estas bestias poseían el conocimiento que permitirían los cambios de la vida del ser humano, eran los monstros eran los pilares del futuro, los cuales harían desarraigar Naciones y construir las reglas de su antojo, estas bestias en los nuevos tiempos serian tan amadas como deseados por conveniencia del alcance de las glorias humanas; pero, en estos monstruos fue puesto desde que su madre los concebía un índice oculto pero muy grande de maldad y torpeza…) cada uno tenía su especialización o trabajo y cada uno conocía perfectamente su fututo dependiendo del resultado de la lucha que en cuestión de segundos estaba por ejecutarse.

Como la lucha tenía que darse entre la Reina, la cual poseía los poderes de su esposo quien a su vez tenía como propios los poderes de su padre “EL GRAN REY”; Y entre el señor Levo y su Hija Caica. Todo se hizo oscuro y el combate inicio bajo el mando del gran concilio de sabios ancianos.



Luego del paso de muchos años y siglos humanos, en el cual los hombres se habían organizado en la tierra, bajo la potestad de un desorden desequilibrado; el que en un principio fue llamado el mundo sin edad, el que otros nombraban el mundo Centinela, estaba lleno de trabajos y de cargas pesadas, todos adoraban a su gran diosa Caica, todos obedecían y temían al señor Levo, que como poseedor de ese mundo convertía en rico y millonario al ser que él quería, mataba y lastimaba a quien él quería y arruinaba a los pueblos que no hallaban su gracia hasta desaparecerlos de su mundo, de ese mundo que nació en medio de las buenas intenciones de un matrimonio que solo tuvo una noche de consumación y diez mil de valor y resistencia.



Como el esposo se encontraba en un universo maravilloso, donde todo era paz, la esposa se había perdido en medio de los tiempos y de los designios trazados; hasta que un día estando el esposo en su aposento, pensando que no podía resistirlo más, salió al encuentro de su esposa, la buscó, la preguntó a los moradores y amigos, fue a los lugares más recónditos de los mares y abismos para ver que sabían los bosques y que nuevas le daban los vientos; pero no hubo respuesta, nunca una, nunca una solución. En ese momento decidió convertirse en un ser ave y volar por sobre los aires del mundo del Señor Levo y su hija sin que ellos lo notaran, mientras volaba el lugar con sus enormes alas de ave veloz, llego a sus sentidos las voces de una mujer y el gemido de una anciana en desesperación, mientras la voz de la mujer decía Amor, Amor, esposo mío, fuerte mío, ¿dónde estás?, el gemido de la mujer anciana se hacía más constante y plausible de acuerdo a las palabras que salían de la mujer. En su corazón se sintió mucha dicha y felicidad y el esposo con su pensamiento respondió Mi amor, mi esposa, mi reina, estoy buscándote, ¡estoy buscándote!; no pensaba pues el rey que ese sería el inicio de una comunicación continua entre los dos, ella le respondió desde la voz de sus entrañas y le dijo ¿dónde me buscas?, él le dijo en tu mundo, el mundo que herede de mi padre para que yo fuese el rey y tú la reina, aquí me encuentro, sobre los aires tratando de visualizar mi Amor. Ella se sintió angustiada y dijo, eso fue lo que ellos quisieron, eso fue lo que me hicieron sentir, eso fue lo que decidieron esos seres que tanto amábamos. El esposo contestó desde su corazón, -no te preocupes Amor mío, que los planes han cambiado contigo, ya mi padre me lo anticipó, ya lo he conocido y me he angustiado sobremanera porque necesito verte, acariciarte, sentirte y protegerte; mi padre me dice que estas protegida y no quiero pensar lo contrario mi Paloma. –es cierto mi Amor- es cierto- dijo la esposa, mi dolor es no verte y tenerte junto a mí, es no poder acariciarte y ser la mujer virtuosa de tus encantos; me siento cautiva; ya siento como propia la vejez de este mundo sin respeto por el bien, estoy cansada, me siento derrotada, te decepcioné –llora amargamente-; su esposo con angustia y dolor le dice – no llores preciosa, no llores, todo tiene que ser así, nuestro Amor es perfecto, nada se le puede comparar- en ese momento; los perturbados vientos informaron a su ama Caica; quién no dudo en intervenir dentro de la comunicación con una risotada maligna y muy fuerte; luego, mandó una lluvia bravísima que impidió el vuelo del ave y tuvo que retornar a su lugar, donde la comunicación no era posible.



De vuelta el esposo al castillo blanco, entro a la presencia de su padre donde este le dijo –te dije que estaba bien, ¿por qué tuviste que ir para confirmarlo?, Padre, respondió el príncipe no hay motivos por los cuales no deba hacerlo, es la mitad de mi, que está lejos de mi y han pasado tiempos no fáciles… yo decido vivir pues en el mundo que tú me diste y con tu poder resistir a ese gran mal que ha encendido el corazón de los hombres y enceguecido el propósito de la existencia de las bestias. Yo voy padre. El rey se angustió en su corazón pensando que perdería a su hijo para siempre, pues no habría heredero para su trono y el era como la Luz de sus ojos, eran un tesoro…

Su padre le expuso todos los motivos a su hijo, las condiciones en que viviría y la cantidad de enemigos que harían su vida indeseable; además si quería encontrar a su esposa tendría que vencer a la muerte que la aprisionaba, pues su esposa era prisionera de la muerte y ella no la dejaría sin antes ser vencida. –ningún hombre sobre la faz de la tierra estaba facultado para siquiera resistirla, todos llegarían a ella y cuando el hijo del rey del castillo blanco llegará a ella tendría que vencerla, resistiéndola y matándola, haciendo posible para los hombres del bien su derrota y arruinado por completo la alianza que tenían la perversa Caica y el rey del mal Levo con esa horrible y corpulenta llamada “Muerte”; una vez hubo escuchado esto el hermoso rey; siguió siendo renuente con su padre e insistió en ir a ese mundo como cualquier hombre que nace.



Pasado un tiempo, este rey nació como un hombre sin gloria y sin reino, nació en un lugar humilde, rodeado de hermanos y de personas que lo consideraban “raro”; su padre no volvió a hablarle dado que se encontraba enormemente afectado por la decisión de su hijo y porque además sus normas y condiciones antepuestas lo hacían actuar como el “GRAN REY DE LA JUSTICIA” que era.



Toda su vida sobre la tierra, fue un completo martirio, sus amigos fueron pocos en tanto sus enemigos innumerables como la arena de los mares reunidos en una. Siempre decía a quienes lo atacaban, este no es mi mundo y he venido en busca de mi Amor. Todo su tiempo de permanencia estuvo determinado por la terrible guerra que desató el Señor Levo con su hija Caica; ya los monstruos habían empleado su sapiencia para confundir y trastornar las mentes y conciencias humanas, pues en lugar de beneficiar al hombre con las ciencias que les fueron otorgadas para que ellos construyeran un mundo pleno y lleno de comodidades; el manejo que le dieron Levo y su hija no fue otro que el de arruinar los buenos propósitos, para levantar guerras, hambres, impuestos, dineros, pertenecías y riquezas monetarias que causaban muertes por doquier, leyes y políticas completamente ilógicas dentro de la lógica perfecta que las bestias conocían. Estas bestias atacaron mucho al hijo del Rey del castillo blanco y por causa de ello los hombres de esas generaciones lo detestaron y lo desecharon hasta ponerlo en el olvido.



Cuando entró en su etapa de adulto; siguió comunicándose con su esposa como la única vez en que sobrevoló los aires. Dentro de esa constante comunicación; los vientos solo registraron algunas que causaron conmoción en los fundamentos de la tierra y que trastornaron el consejo de los doctos; estas son:



0

Ohh paloma,

¿Cuánto tiempo he de esperarte?

¿Cuánto tiempo he de sufrir tu ausencia?

Te busco desde las profundidades de lo infinito y no te encuentro,

Me encuentro en las alturas y no te veo,

Solo veo tu hermosura que decae,

Solo veo tu perfume que se esfuma.

¡Te amo!

I

Han pasado mil y diez mil y aún innumerables han sido las generaciones que te han ocultado.

He gemido tu ausencia, y llorado tu pulcritud ¡oh mujer! Amada mía.

Pero no queda angustia, no queda problema; ya todo está definido.

Solo te espero amada mía, paloma mía, virgen mía.



II

No, no temas, no me llores, no te deprimas, no te ofusques.

Yo te escucho, yo te siento, te percibo en la inmensidad de la distancia,

En la plenitud de las alturas, en el camino no encontrado y en la soledad planeada.



III

Por aquellos, por ellos, por esos, por quienes amamos,

Por los nuestros, por sus simientes, por ellos.

A ese; solo por ese, solo por los suyos

Y por quienes nos aborrecen.

Por aquellos, por la pobre e infeliz bestia que nos intenta cautivar en el olvido

Conociendo que ella misma ha sido olvidada.



IV

Aferrémonos el uno al otro,

Vivamos nuestro tiempo

Y esperemos nuestro momento,

Ha saltado la dicha de mi corazón,

Porque mi esposa me ha escuchado,

La angustia de nuestros corazones

Nos ha encontrado,

Somos felices,

Y no perdemos el rumbo que nos define.



V

Han pasado mil cosas entre nosotros

Y me he derramado en lágrimas

Porque no te tengo a mi lado,

Amado mío,

Ternura, no me dejes

Apresúrate a socorrerme

Sálvame de la angustia

Y de la tortura que me consume

En el intervalo de los tiempos.



VI

Te amo, te siento, te busco y me aferro,

Me apego y te lloro,

Te busco y no puedo;

Me encuentro en medio de vacios

Y en medio de creaturas horribles,

Que me han dicho que como a ellos,

Tú también me has olvidado.



VII

Si te hubiese olvidado, amada mía,

No estuviera yo en las nubes de tu cielo,

Parando el ocaso y sosteniendo el poniente

Solo para no perderte.

Te amo

Te amo



VIII

Me ha dolido tu ausencia, y

Mi desesperación por verte es infinita.

¿Por qué no te encuentro?

¿Por qué no me escuchas?

¿Por qué han pasado, las mil y las diez mil y la infinitud

De generaciones? ¿y por qué se ha perdido tanto?

¿por qué?

No lo entiendo,

Pero ellos lo decidieron y te mataron de mi corazón

Por unos tiempos

-Me duele-



IX

Siento, que no te siento y que no te siento porque no te quiero.

Te busqué, y tú huiste,

Te encontré y me dejaste,

Te hallé y me traicionaste

Te mate

Y me amaste.



X

Ay mi amor,

He querido no amarte, y no he podido

He intentado olvidarte y no ha habido razonamiento

Para mi corazón.

Tengo miedo por ti, tengo dolor por ti

Y mucha tristeza por los dos.

¿Qué hacemos?



XI

Oh, cuan grato es pensarte, cuan indecible es imaginarte,

Recuerdo tus pechos virginales como jugosos frutos

Meneados en los espesores de mi gallardía

Y alimentados por el esfuerzo de mi vigor.



XII

Te extraño tanto mujer,

Te ansió con la inmensidad de mis emociones y sentimientos.

Pero, me pierdo en el olvido

Y no supero mi debilidad,

No supero las mil y una que se te han igualado,

Pero tan indignas ellas,

Que ninguna se compara

Con la mujer que yo descubrí en ti

-mi niña-



Ya la comunicación era permanente, le decía he venido para rescatarte hermosa mía, he venido para liberarte y romper esas cadenas que te aprisionan y te hieren. Ella le decía estoy luchando por salir y cada vez creo más en ti, confío en ti mi precioso salvador, mi tierno regocijo, mi bello y paciente marido. –TE AMO-.

Cuando entró en la época de la consolidación y perpetuidad de las almas, les habló a todas ellas de su existencia y les dijo a todos los prisioneros de la muerte que se encontraban como desechos humanos, desbaratados y ardiendo en tristeza y dolor; ¿creen que puedo liberarme de la que los aprisiona?, ¿creen que puedo redimirlos y ayudarlos?; nadie respondió, solo muy pocos le conocieron, pero su número fue casi cero.

Acercándose los días del combate contra la muerte, las cosas parecían graves en la tierra de su heredad, no había nadie firme, aún sus amigos le daban la espalda y aún sus seres queridos no lo reconocían como una persona de paz. Llegado el día; entró por uno de los hoyos oscuros, donde lo cubrió una espesa neblina negra, no había luz alguna que superara esa espesa tiniebla, excepto el fuego que encendieron sus ojos y la luz que impartió su vestido; en ese momento los poderes del reino de su padre operaron en él, pudiendo así iluminar todo aquel lugar.



Miro hacia lo alto, donde se encontraban dos calaveras con espadas para la defensa del mal, detuvo fijamente su mirada y finalmente la encontró; allá estaba su esposa, amarrada con cadenas de hierro muy pesadas, tanto que le lastimaban y herían la piel. También estaba ella amarrada a un tronco de árbol seco y un amarradijo de espinas que iniciaba en la punta de su pulgar y terminaba en la coronilla de su cabeza. Estaba allá, cautivada, desechada, sola y desprotegida. El esposo apenas la vio, sintió miedo, quiso correr a su alcance pero fue prudente.



En ese momento, vinieron de lo más alto de ese abismo del hoyo por el cual había entrado, muchas nubes negras en formas de aletazos de dragón que lo sacudieron, él se cubrió en su túnica y ninguna de ellas lo conmovió, luego, una y muchas mujeres hermosas y en extremo sublimes y poderosas fueron puestas a su disposición y una voz que las comparaba con la mujer que él amaba; la voz mencionaba cualidades que su esposa no tenía y mostraban imágenes feas de cosas que supuestamente su esposa había hecho con otros varones en ese lugar. Pero el no creyó nada, ni se interesó; le fueron traídas muchas docenas de centenas de mujeres que lo tocaron y quisieron acariciarlo y ser sus esposas, todas ellas en apariencia exactamente igual a la de sus señora esposa, pero luego que lo hubo resistido, todas se hicieron cadáveres de muertas ardiendo cual tizón puesto sobre el fuego; él reconocía a su único Amor, ninguna de ellas tenía el olor innato de la fruta del bosque como el que su esposa tenía; era un olor único y especial. De ver la muerte que nada había surtido efecto, vino a él y le dijo, puedo darte las riquezas, tesoros, muchos reinos y tesoros, muchos tesoros; te puedo dar las claves y los secretos de los lugares donde permanecen y nacen los manantiales de metales preciosos que ningún hombre en la tierra ni siquiera imagina; el oro es nada, para lo que puedo darte; te entrego naciones, pueblos y reinos; todo, lo dejo todo a tu nombre en este globo de vida, incluso te devuelvo a tu esposa, “pero sean mis servidores”; ¡ya basta!, respondió el hijo del Rey, tú no eres nada y no tienes valor, fuiste hecha para ser nada y por ellos (señalando a los muertos) te declaro tu fin, (la muerte fue enviada por un túnel de colores vivaces, que le absorbió su gloria de no poder ser vencida por un hombre); al salir del túnel; cayó al suelo, trastornada y humillada en extremo. Luego de ello, cuando la muerte estaba sobre la lava ardiendo, refirió unas palabras en una lengua demasiado hermosa y musical, que mientras sonaba, su voz se hacía muy potente, que de tanta potencia y fuerza mató a la muerte y liberó a su esposa de las garras de las dos calaveras malvadas. Al mirarla, la reconoció y lloro, ella también lloro; la saco de ese horrible lugar y la puso en uno de sus escondites en la tierra, la limpió, la cuidó y la preparó. Le dijo, yo me tengo que ir, pero no te dejaré sola, aún tienes que vivir en este nuestro mundo por heredad; y trabajar duro para recuperar lo que nos pertenece, debes ser muy fuerte y valiente amada mía, paloma mía, debes hacerlo. Le dijo además, no te preocupes, no te dejaré sola, estaré a tu lado siempre, escuchándote y protegiéndote, lo que tú me pidas te lo daré y lo que ordenes se haga se hará, ¡porque tú tienes poder de mi padre!; ella muy feliz, trabajo y lucho mucho en la tierra durante un tiempo y un tiempo más la mitad de otro tiempo.



En una ocasión uno de los gentiles, oriundos de una de las Naciones de esa tierra que en un principio fue llamada el mundo sin edad, luego el mundo centinela; pues sucedía que la gente que seguía los caminos buenos que enseñaba la esposa, le llamaban el mundo sin edad, mientras que los que seguían el ejemplo de Levo y Caica le llamaban el mundo Centinela, todo ello lo provocaron los hombres con sus teorías acerca de la vida y la especie humana, todo ello, ademas fue, porque los monstros de la ciencia y de los conocimientos jugaban con las mentes humanas y se divertían con la ignorancia e inocencia de los hombres que hacían alarde de tener siempre la razón.



En exactamente la mitad de esos tiempos, en el día en que fue la mitad, un hombre ya avanzado en edad, le contaba una historia a su nieto mientras este debía dormirse; este hombre anciano, era una persona muy especial que durante su corta vida lucho por tener en alto el gobierno de la esposa y de militar en los caminos del bien y por ello era un hombre al cual las bestias de la tierra no podían confundir ni burlar, al contrario él las burlaba y avergonzaba por su mística fealdad.



Él le narraba lo siguiente:

“La guerra había comenzado, no quedaban rastros de vida sobre los carbones humeantes que reflejaban la victoria de los enemigos contra nuestro pueblo, la patria estaba toda conmovida, cientos de miles de simpatizantes aferraban la crin de la bestia sobre sus lomos, las mujeres muertas de pánico gemían por las violaciones incesantes que hacían a sus derechos y virtudes, el respeto era nulo y la intolerancia en todas sus manifestaciones se perpetuaba en las mentes de los genios humanos, los lideres estaban todos cegados y ninguno, ni uno de todos ellos se encontraba habilitado para hacer el bien, la meta era entonces combatir aquellos monstruos que habían invadido de repente nuestra tranquilidad y buenas costumbres, la meta era exterminar por completo la bestia que acarreaba contra nosotros de la manera más ruin y cruel, pero no habían alternativas, la dominancia que esta tenía sobre nuestro pueblo era tan grande que si un pequeño, sabio de corazón, de cuna humilde y ecuánime en su sentir altercaba contra la bestia inmediatamente los pueblos le maldecirían, y la arrogancia de la bestia en todos sus poderosos ocasionaría la muerte suspicaz de una golondrina que intento traer el agua a un mar de sequedad e insensatez.

La gran bestia pues vivía expectante de los tiempos y de los momentos, se aseguraba que los seres humanos no concibieran su existencia en ausencia de la que se proclamaba Dios, sentía la ignorancia de mi pueblo como su principal fortaleza, yo entonces tenía miedo, estaba solo, nadie me acompañaba, todos me burlaban y escarnecían, sagazmente tuve que maniobrar la situación, hice uso de mi prudencia, supe bajar la cabeza cuando fue necesario hacerlo, me sometí, me humille, no encontraba otra alternativa inteligente, pero mi pudor y mi rabia era impulsada por mis amigos, por mis queridos, por mi gente, toda ciega ella porque el aguijón de la enemiga los había entorpecido y anulado por completo su capacidad de razonar, ella pensaba que yo estaba embrutecido por su dominio pero no era así, me había liberado de sus hechizos desde el momento que descubrí la magnificencia de la virtud, era entonces la virtud el único ser capaz de enfrentar y detener definitivamente a la bestia.

Estaba la virtud en su llanto solaz, era completamente hermosa, sus movimientos todos iban concatenados con sus acciones, cuando se movía daba la impresión que toneladas de aguas dirigían el ritmo de la vida, pero ella estaba triste, ella estaba despreciada y desechada porque sus amantes la habían dejado sola, la habían ignorado y ultrajado al punto de morir, con su llanto pausado y su rostro como el color de la sangre helada de tanto llorar, me dijo “ aunque exista un solo viviente que proclame mi necesidad, allí estaré con él y solo no le dejare”; yo atónito por aquellas palabras, le pregunte –“¿y cómo es que estas así? - ¿es acaso la bestia más fuerte y poderosa que tú?” -ella lo propicio todo, ¿verdad?-. Entonces con una sonrisa inusual me transportó en el tiempo, a una batalla sin precedentes, se encontraban en la intemperie de los cielos y de la tierra y del gran abismo dos mujeres sumamente hermosas, cada una de ellas dominaba escuadrones de súbditos, todas con sus legiones bien organizadas pero con propósitos muy dispares. Por los rayos del sol que encandilaba mis ojos solo percibía dos cuerpos esbeltos muy bien torneados y voluptuosos, eran mujeres de verdad, bastante representativas y simbólicas, veía dos multitudes muy fuertes, mientras los unos gritaban a una sola estruendosa voz VIRTA los otros con halito salvaje vociferaban DINORA; de repente fui ascendido a un tribunal, compuesto por tres ancianos llenos de sabiduría, yo estaba a espaldas de ellos, nadie notaba mi presencia allí, yo solamente veía las cosas. Pude notar con claridad que eran más los que estaban de lado de la gran Dinora que los que se encontraban con la gran Virta, también me fue permitido diferenciar a las dos mujeres, ambas eran muy elegantes, y muy femeninas, ambas eran hermosas, pero Dinora tenia unos ojos cristalizados color violeta, altamente refulgentes mientras que los ojos oscuros de Virta eran demasiado humanos para ese contexto dimensional. Todos parecían seres celestiales con armaduras y trajes de guerra que para describirlos en su tenacidad se haría necesario conjugar los mil idiomas angelicales de las siete naciones perdidas gobernadas por el Dios de la guerra.

Ahora bien, esa batalla aterro mi ser, ambas mujeres parecían destrozarse; en mi existencia jamás vi una manera tan particular y salvaje de combatir, además porque no morían, ¡fue terrible! de repente muchos de los súbditos de Virta se cambiaron de bando y empezaron a hacer fuerza por Dinora, Virta dándolo todo, al darse cuenta de eso se decepcionó y callo a los abismos, a la profundidad de la oscuridad y el olvido. Luego los tres tribunales se miraron fijamente con una mirada penetrante y entregaron a la gran Dinora las riquezas de la Naciones, le dieron potestad sobre los hombres, sobre las vidas humanas y sobre el rumbo de los pueblos, entonces todos los discípulos de Dinora en su nombre hicieron un símbolo, trasformaron el gran árbol del bosque en una hoja de papel inmensa y sobre el pintaron el rostro de la hermosa Dinora juramentando que el poder de la vida estaría regido por ese papel hoy muy conocido como dinero.

Las consecuencias del gobierno de Dinora me hervían las sangre, pero el mayor dolor sentido fue palpar tanta estupidez y arrogancia humana, sentía la ignominia de mi pueblo en mi rostro, definitivamente pude comprender que todos los actos del hombre dependen de la carnalización de sus deseos y por tanto la existencia se hace torpe ante un transitar tan vago y desprovisto de buena voluntad. Entendí que un gobernante es la marioneta de gobiernos invisibles, no vistos por ojo humano pero si muy palpables y trascendentales, en ocasiones letales cuando se quiere hacer algo pero no se consigue por el juego sabio que a grandes carcajadas hace la bestia con nuestra voluntad.

Finalmente cuando le estaba preguntando sobre como terminaría la guerra ella muy sutilmente me interrumpió y dijo “no es que ella sea más fuerte que yo pero si mas amada por todos vosotros y ante eso…” cuando terminó el anciano que había adquirido poder, un gran poder de parte de la esposa, que ella le había entregado a él por su fidelidad y Amor hacia el bien; el niño fue poseído por un gran calor, algo así como un fuego cobijador, mientras que su abuelo al lado suyo en su cama expiró.



El niño soñó que él era como su abuelo y que tenía mucho poder y que las personas malas no lo querían y que el defendía a los buenos y le hablaba a mucha gente. Al otro día se conoció que su abuelo murió al final del relato y que como herencia le había dejado la protección de su sabiduría; pues este niño heredo los dones y poderes que la esposa le había entregado al respetado e inolvidable “Abuelito”.



Llegado el tiempo de las bodas de oro, la esposa estaba completamente preparada, estaba ataviada, con un vestido enorme con todo tipo de nítidas blancuras y rodeado de vientos y aires delicados que acariciaban el vestido, con unas sandalias sacadas de lo más infinito y oculto de la vida y una corona que reconocía los sufrimientos y el arduo trabajo de la mujer sobre la tierra. El esposo desde el lugar de su padre salió al encuentro de su amada esposa, él estaba completamente hermoso y deseable, vino por ella levantándola por entre los aires, junto con todos aquellos hombres de bien que la respetaron y cumplieron sus enseñanzas, ella y ellos como uno solo contrajeron matrimonio con el gran Señor de señores, con el Rey de reyes y fueron felices por la eternidad con la paloma que cautivo su corazón y supo ganar el respeto de los mandos eternos.



Por otro lado el padre del rey, es decir “EL GRAN REY”, cumplió el castigo prometido a los malignos y los mando al olvido, a lo inalcanzable y al sufrimiento eterno, donde jamás serían recordados, toda aquella gente que no fue sincera y que siguieron a las mujeres que quisieron ser esposas del hijo del Rey pero que no fueron escogidas para serlo, fueron muertas y junto con sus capitanas enceguecidas murieron para siempre. El olvido y el dolor por siempre…



El mundo que en un principio no tenía edad, el que también fue llamado “mundo Centinela”; ya era un viejo cubierto por la fealdad de toda la sangre inocente que se derramó en sus entrañas durante la juventud de la vida, era un enfermo por todos los males que se hicieron en él y era un asco por los seres que le habitaban los cuales no pasaban de ser creaturas mal formadas, con muchos ojos, con estructuras deformes y con costumbres propias a las de la nada; porque eso eran, ¡Nada! ¡Nada! Y por siempre ¡Nada!